Como es habitual la publicidad nos muestra el lado amable del producto, representaciones rebosantes de lujo, belleza y "glamour", que son la cara agradable de una industria cuya cruz es un mundo oculto de tortura, de sufrimiento, sangriento como pocos y de una crueldad atroz. Las imágenes del proceso de fabricación de las prendas que luego exhiben ante los ojos de la gente forman parte de lo innombrable, de lo impresentable, de lo inconfesable, son la suciedad que permanece escondida para que no manche la magia de un mundo feliz cimentado sobre el dolor y la muerte.
Imagen: http://www.liberaong.org/
En España existen cerca de cien granjas de visones, la mayor parte de ellas en Galicia y situadas lejos de zonas pobladas por una sola razón, porque estas criaturas atormentadas por su encierro emiten un estruendo desgarrador. El cautiverio no sólo les induce a chillar desesperadas, sinó que altera su conducta degenerándola hasta un punto tal en el que llegan mostrar practicas de canibalismo y de automutilación. Permanecen en celdas minúsculas día tras día durante toda su existencia alimentándose de una pasta repugnante y expulsando las heces que caen a través de la malla que conforma el suelo de sus jaulas, una red para la que sus patas no están preparadas y que les causa lesiones que en ningún caso son tratadas.
En esas condiciones espantosas permanecen sin descanso hasta que a los seis o siete meses, normalmente coincidiendo con las temperaturas más frías para que sea mayor el grosor de su piel, son sacadas de su encierro para matarlas. Existen varios métodos para acabar con su vida: romperles el cuelo manualmente, asfixiarlas con monóxido de carbono o electrocutarlas. Existen relatos de personas que han trabajado en estas granjas y que nos cuentan el terror que experimentan los animales todavía enjaulados mientras oyen los gritos durante la agonía de sus congéneres, como a algunos hay que arrancarles literalmente las mandíbulas de las paredes metálicas de sus celdas porque se enganchan desesperados, como tratan de huir de lo inevitable golpeándose contra los laterales de las jaulas y como incluso algunos, han llegado a morir en el mismo instante de sacarlos, sin haberles hecho nada, simplemente porque habían escuchado la muerte de los demás y sabían que en ese instante era su turno. Los animales también pueden sufrir un paro cardíaco por terror, como nosotros, los animales humanos.
Imagen: aplicación de electrodos uno en la boca y el otro intruducido en el ano
Los que son gaseados tardan del orden de treinta minutos en morir desde que se inicia el proceso y los que son sometidos a descargas eléctricas no siempre mueren tras recibirlas, muchos de ellos quedan sólo medio aturdidos y sintiendo dolores horribles después de haberles metido un electrodo por el ano y conectarles otro en la cabeza, por lo que su despellejamiento comienza cuando todavía están vivos y por lo tanto sienten lo que les está ocurriendo. Sólo hay una premisa a la hora de matarlos: que su piel no sufra daños, el resto no importa, cualquier inversión en hacer más "humanitario" el proceso se rechaza porque comportaría gastos y está todo calculado, hacen falta de 50 a 60 cuerpecitos de visones o de 15 a 20 de zorros para confeccionar un abrigo y encarecer los costes utilizando medios indoloros recortaría los beneficios de esta industria repugnante y despiadada hasta límites insospechados.
Imagen: www.laspieles.org
Nos llegan a menudo noticias de actos de sabotaje cometidos contra granjas de visones; puertas abiertas y animales liberados por grupos calificados como delincuentes y cómo no, llega toda una cadena de reacciones al hecho: políticos como Xosé Sánchez Bugallo de Santiago de Compostela, que lo tachan de "atentado contra el Medio Ambiente", empresarios peleteros como Charo Carrillo de A Coruña que lo define como un "desastre ecológico" y que lamenta el que se hayan echado a perder años de su trabajo; toda una serie pues de declaraciones sobre lo terrible de estos episodios vandálicos, constitutivos hoy por hoy de delito. No voy a poner en duda en ningún momento que dichas actuaciones están fuera de la ley, como en su día, cuando las peleas de perros o de gallos eran legales, también era una transgresión al código penal el libertar a estas criaturas. Ahora que ya no están permitidos estos espectáculos, ahora que son condenados por la Sociedad y que su práctica está perseguida por la Justicia gracias a que nuestros gobernantes un día abrieron los ojos y se dieron cuenta de lo aberrante de su continuidad, nadie criticaría que se soltase a los perros recluidos de forma clandestina en un encierro para ser destinados a las peleas. ¿Cuál es la diferencia entonces?, que está prohibido que dos canes se arranquen la piel y la carne a dentelladas pero no lo está que el hombre separe una de otra a un visón, a un zorro o a una nutria y a menudo, con su corazón todavía palpitando.
¿Cómo es posible que hablen de desastre ecológico personas tan "comprometidas" con la defensa del Medio Ambiente como esta peletera coruñesa y tantos otros dedicados a un negocio similar, cuyo prestigio y fortuna están basados en tener a su servicio a seres vivos utilizados como esclavos, sometidos a una existencia angustiosa, a un trato despiadado y a una exterminación feroz para sobre sus cadáveres despellejados, crear un pequeño imperio basado en el dolor insufrible de quien no puede más que chillar pero cuyas súplicas siguen sin llegar a los oídos de la gente ni a la sensibilidad de nuestros legisladores, entre otras razones porque los que están detrás de esta industria sangrienta, se encargan de que esa realidad espantosa no salga a la luz temerosos de perder los inmensos beneficios que les genera su sanguinaria actividad, por otra parte perfectamente prescindible puesto que existen alternativas válidas para ella.
6 comentarios:
SE VAN A PODRIR EN EL MALDITO INFIERNO DESGRACIADOS SIN CORAZON TODOS LOS QUE LOS USAN TANTO COMO LOS QUE LOS MATAN Y PROMOCIONAN ME LIMPIO EL CULO CON TODOS USTEDES MALDITOS DESGRACIADOS SIN CORAZON PUDRANSE
como tienen el estomago los que hacen esto par hacer lo que hacen sin sentir remordimiento por un pobre ser que no tiene nada de culpa, solo por eso, ojala y se mueran toditos
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