MALTRATO ANIMAL: UN CRIMEN LEGAL



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Quien asume la tortura y el asesinato de otros seres como algo ajeno, es tan responsable como el torturador y el asesino.

"Los hombres son nazis para los animales y su vida es un eterno Treblinka". (Isaac Bashevis Singer- Premio Nóbel).

Después de que todo se haya dicho y hecho, quedará mucho más por hacer que por decir. (Jane Goodall)

Ante la injusticia la cobardía se viste de silencio. (Julio Ortega)



jueves, 20 de marzo de 2008

Bambi logra reunir a toreros y cazadores




La reciente "Operación Bambi" contra la caza furtiva y llevada a cabo por el Seprona ha culminado afortunadamente con éxito, gracias a ella han sido detenidas doce personas que formaban parte de dos Grupos que actuaban en Toledo y Salamanca. Entre los arrestados se encuentran dos conocidos toreros y un banderillero de la cuadrilla de uno de ellos.


La caza furtiva es la cara ilegal de una actividad permitida y regulada por la Ley. Ambas, la lícita y la prohibida consisten fundamentalmente en lo mismo, con la diferencia de que la admitida ha de cumplir ciertos preceptos en cuanto a zonas, especies, temporadas o medios utilizados. El furtivismo, que trata de eludir esas limitaciones, mueve grandes cantidades de dinero, sumas pagadas a organizaciones delictivas encargadas de disponer todo lo necesario para realizar la práctica este "deporte" sin tener que atenerse a la legislación. Pero tanto una como otra, no lo olvidemos, se basan en localizar a un animal, elegirlo como víctima y disparar contra él rematándolo en ocasiones con un cuchillo, para obtener un trofeo que mostrar con mayor o menor discreción en función de la legalidad de la presa cobrada y para saciar el instinto depredador de ciertas personas, a las que matar por matar les produce placer y que se deleitan ante la visión del cadáver de un ser al que acaban de arrebatarle la vida, sin que exista más motivo real que el que les apetece hacerlo y que está autorizado por la Ley.


Hemos visto que en la "Operación Bambi" fueron detenidos toreros y banderilleros, como integrantes de esta red de cazadores furtivos que tenían en su poder varias piezas de especies protegidas y disponían de un entramado altamente sofisticado para efectuar sus acciones sin ser descubiertos. La caza observando las disposiciones legales está aprobada, como también lo está el toreo. Sin embargo las dos implican la muerte de animales a manos del hombre por entretenimiento para unos y obtención de beneficios para otros; ambas suponen sufrimiento de seres vivos y el causarles dolor sin mayor justificación que los argumentos, falaces en su mayoría, que los aficionados a dichas actividades suelen esgrimir para defender la continuidad de estos pasatiempos brutales. Pero no llama la atención ni un poco que profesionales del arte de Cuchares lo sean también del que goza de la protección de San Huberto. Quien no respeta a un animal, quien desprecia su sufrimiento, aquel para el que causar daño y torturar hasta la muerte a una criatura no supone aflicción alguna ni motivo de reflexión, está muy claro que traslada esa indiferencia y esa absoluta falta de sensibilidad a todas las variedades de un mismo hecho, cuya consecuencia sea cual sea el método empleado, siempre es la tortura más o menos lenta de un animal y su posterior muerte en la mayor parte de los casos.


Hay ciertos aspectos del comportamiento humano que no pueden negarse, desde que en numerosas ocasiones personas que han llevado a cabo terribles acciones de maltrato y sadismo con los animales acabaron desatando su violencia contra seres humanos, hasta que los que participan en actos, admitidos o no, basados en ocasionar padecimiento a criaturas no racionales, defenderán generalmente cualquier modalidad de esta degeneración de la conducta humana e incluso, si sus impulsos son los suficientemente fuertes, llegarán a delinquir como los ahora detenidos por dar rienda suelta a su deseo de reafirmar su capacidad de decidir sobre vidas ajenas. Me podrán decir que un oficinista o un abogado también pueden esconder una personalidad psicópata y criminal, es cierto, pero hay conductas y actividades incomprensiblemente legales, que lo único que hacen es fomentar las patologías que algunos padecen y sirven para canalizarlas, en ciertos casos sólo de forma temporal hasta que el individuo en cuestión decide no conformarse con los límites impuestos. No estoy diciendo ni mucho menos que detrás de cada cazador o de cada torero haya un delincuente, pero sí que son formas de violencia gratuita, sin justificación, sin razón de existir, hábitos que sacan a la luz la parte más salvaje y despiadada del hombre, verdaderos obstáculos para la evolución de la Sociedad hacia objetivos de convivencia, respeto y dignidad. Tampoco hay un criminal con víctimas humanas escondido en cada sujeto que organiza peleas clandestinas de perros o en el que lanza a una cabra desde un campanario, pero lo que si existen en todos los casos es una agresión muchas veces con resultado de muerte hacia animales y en ninguna de esas situaciones es por defensa propia o por cuestiones de supervivencia. Permitiendo que sigan siendo legales todas esas aberraciones, fomentamos la disposición de algunas personas a ensañarse con terceros, sea cual sea el lugar de éstos en la Naturaleza y ponemos trabas insalvables al progreso y al desarrollo eficaces del hombre.


La "Operación Bambi", que es curiosamente el término con el que nombran los partidarios de la caza al Síndrome que según ellos padecemos los que estamos en contra del maltrato animal, será aplaudida por muchos cazadores y toreros, afirmarán alegrarse de la detención de estos individuos porque asegurarán estar en contra de la caza furtiva y expresarán su rechazo a estas prácticas ilícitas. No voy a poner en duda su sinceridad en la mayoría de los casos, que no en todos, pero lo cierto es que su desacuerdo parte de la ilegalidad de la acción y no del hecho en sí; saben que estos sucesos no hacen más que echar tierra encima de una afición cada día criticada por más gente y con mayor repulsa social, pero lo que en el fondo temen es perder definitivamente la oportunidad de seguir matando animales al amparo legal y buena muestra de ello, es que cuando afortunadamente se dicta una Ley en aras de una mayor protección de la Naturaleza como ha hecho el Grupo de Gobierno Socialista, convocan una manifestación en desacuerdo con la misma y exigiendo la nulidad de Normas que consideran que recortan sus privilegios como cazadores. Conviene recordar por otra parte la realidad de actuaciones al margen de la Ley en el mundo del toreo, pues es conocida por todos la existencia de corridas ilegales en las que participan ciertas figuras de la "Fiesta" y cómo en sus fincas privadas se organizan estas actividades apareciendo en ocasiones, los cuerpos de toros y caballos utilizados para esta tradición repugnante y sangrienta.

Unos y otros quieren aparecer ante la Sociedad como los baluartes de usos y costumbres según ellos generadoras de riqueza, trabajo y equilibrio ecológico, cuando lo que están defendiendo en ambos casos con argumentos cada vez más endebles y puestos en tela de juicio, son sus intereses egoístas en detrimento del bienestar y de los derechos de otros seres, así como en contra de la exigencia de un sector mayoritario y creciente de la población de poner fin a tanto desmán injustificable.

"Bambi" no ha hecho más que sacar a la luz la faceta ilegal que une la pasión común de cazadores y toreros: torturar, maltratar y matar seres tan capaces de sentir miedo y dolor como nosotros, aunque no sean capaces de expresarlo con palabras.

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