Leo en diferentes páginas dedicadas a la caza, información concerniente a la práctica de este “deporte” fuera de nuestras fronteras. Allí se explica desde cómo contactar con las empresas que organizan viajes para ir a cazar al extranjero, hasta el tipo de armas que deben de utilizarse y las especies que está permitido abatir según el País de que se trate. Aparecen incluso fotos de cazadores españoles con las piezas que han cobrado en estos viajes cinegéticos, posando orgullosos al lado del cadáver en el que acaban de convertir a lo que antes era una vida.
De sobra es sabido que en muchos países, el respeto a los animales es incluso menor que en el nuestro y que existe todo un negocio basado en la muerte del que se lucran, lugares en los que la ausencia de consideraciones sobre la supervivencia de las especies o lo cruel de estos actos, es la norma gracias a la que se generan suculentos ingresos de los que no quieren prescindir, por muy manchados de sangre que estén.
Pero resulta vergonzoso que aquí, donde a los cazadores se les llena la boca afirmando que son los primeros interesados en la conservación, que respetan a la naturaleza y que aman a los animales sea donde se encuentra un mercado muy importante de hombres dispuestos a pagar buenas cantidades porque se les permita acabar con la vida de otros seres.
Y es que la oferta existente en cuanto a especies susceptibles de acabar con ellas, abarca criaturas tales como: elefantes, osos, antílopes, oryx, caribús, guepardos, leopardos, rebecos, búfalos, etc. En buen número de ocasiones, los animales por los que pagan proceden de circos y zoológicos, son la brutalidad y la tortura llevadas a su grado extremo, pues se trata de seres que después de haber pasado su vida encerrados, golpeados y sometidos a todo tipo de vejaciones y sufrimientos, acaban por ser vendidos a unos desalmados que a su vez, consiguen que otros individuos sin los menores escrúpulos paguen por acribillarlos.
Asesorados por sus compañeros que ya han realizado estos periplos de muerte, los cazadores viajan colmados de ilusión con la esperanza de matar uno de estos ejemplares y fotografiarse con él. Se trata directamente de pagar por matar; la cuestión es que la corrupción inmensa existente que se da en estos países pone precio a una vida y aquí, hay quien lo pague porque el hecho de destrozarle las entrañas a un oso o reventar a un guepardo, debe de constituir un placer que a algunos, nos resulta imposible comprender.
2 comentarios:
El comentario que aparece como "suprimido" ha sido eliminado porque su autor, que firmó como Anónimo, ha repetido el mismo texto en todos y cada uno de los Post dedicados a la caza. Se ha dejado sólo uno de ellos en el mensaje titulado "Manifestación a favor de la muerte", para que todo aquel que quiera leerlo pueda hacerlo, porque no es mi intención como administrador de este Blog ejercer ningún tipo de censura, pero pienso que no es necesario y refleja una gran pobreza de argumentos, copiar y pegar el mismo texto una y otra vez.
Muchas gracias.
Administrador del Blog
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