Son escasos y muy lentos los avances en materia de protección de los animales, suelen llegar de forma tímida y muy por detrás de las necesidades reales, pero sin duda son bienvenidos cuando al fin las leyes, se ajustan en algún punto a la demanda social de un trato más justo para estos seres cuya existencia se ve tan a menudo truncada de forma brutal por la actuación del hombre.
Así ocurrió cuando en 2.007 entró en vigor la prohibición de aplicar la eutanasia a los animales de compañía abandonados o perdidos y no recuperados. Su ejecución, porque en definitiva eso es lo que con ellos se estaba haciendo, parecía haber llegado a término para buscar soluciones más humanas y que no implicasen un sufrimiento absurdo.
Sin embargo poco duró la alegría, puesto que la Generalitat de Catalunya concedió un moratoria de un año a los ayuntamientos que así lo solicitaron, actuación que se ha repetido en 2.008 con la concesión de un nuevo plazo en el que estos municipios, podrán seguir acabando con la vida de los animales.
Catalunya siempre ha sido el ejemplo a seguir para cualquier persona o asociación implicada en la lucha contra el maltrato animal; es la Comunidad en la que más y mejor se defienden los derechos de los animales y en la que, dando muestra de ser pionera en la preocupación por cuestiones sociales, se castiga con mayor dureza y efectividad la crueldad con estos seres. Sin embargo, en este caso, se ha dado un paso atrás y se permite que se siga practicando el exterminio de unas criaturas que ya de por si, están en una continua situación de indefensión y sometidas al trato cruel que tan a menudo es noticia. Son una vez más, las víctimas sin voz, sin voto y sin capacidad de defensa, de una legislación que a veces parece olvidarse del bienestar de los más débiles y desasistidos.
Podríamos apelar a la sensibilidad o al rechazo que debe de producirnos infligir sufrimiento o arrebatar la vida a quien ningún mal ha causado, pero eso no sería razón suficiente para quien no es capaz de comprender los términos solidaridad, justicia o simplemente, compasión. Hay sin embargo más motivos para rechazar de forma tajante el sacrificio de estos animales y es la existencia de una serie de medidas que pueden contribuir a paliar el problema causado por la presencia de animales perdidos o abandonados deambulando por las calles.
En primer lugar, la elaboración de un censo municipal y la vigilancia para que se implante en todos los casos el chip que permita identificarlos. Creación de un registro de uso público que permita el acceso a dicha información. Creación de centros de acogida y adopción donde los animales sean cuidados y debidamente mantenidos, fomentando la adopción responsable e intentando que la población tome conciencia de lo conveniente de adoptar a un perro o un gato antes que comprarlo en un comercio de venta de animales. Un servicio municipal de recogida adecuado y que procure un trato digno para que sean traslados a los centros de acogida. Más efectivos y medios para vigilar el maltrato, la cría y venta ilegales, los abandonos y el mantenimiento en condiciones penosas de estos seres, endureciendo las sanciones, imponiendo penas de cárcel para los casos más graves y dando el tratamiento de delito con todas sus consecuencias, al hecho de procurar sufrimiento o causar la muerte de los animales, así como campañas de esterilización para atajar el problema de un exceso de población.
Todas estas medidas suponen un coste perfectamente asumible por los ayuntamientos, que incluso pueden organizar de forma mancomunada parte de las actuaciones, lo que repercutirá en una disminución de la inversión requerida. Y es realmente una inversión, porque el dinero destinado a estos fines va a suponer que no haya que emplearlo en cubrir los gastos que ocasiona este problema y sobre todo, es una inversión en humanidad y en el progreso social, porque esta actitud daría muestra de una verdadera preocupación por el bienestar y sería la señal inequívoca de que avanzamos hacia la consecución de una sociedad más justa y comprometida, dejando atrás las prácticas brutales que durante tanto tiempo han caracterizado al hombre y han sido el resultado de la ignorancia, el egoísmo y el atraso educacional.
A todos los que deseen colaborar en terminar con el exterminio de estos animales, les pedimos que envíen esta carta o cualquier otra exigiendo en fin de esa moratoria escrita con sangre a la siguiente dirección, que corresponde al encargado de Sant Joan Despí de negociaciones con la Generalitat Sr. D. Francesc Gifreu i Jové: francescgifreu@sjdespi.net con copia a animalesdesantjoandespi@gmail.com .
2 comentarios:
tremendo
Primero os quieros dar las gracias a todos los que habeis colaborado en esta campaña.
Lamentablemente el número de firmas recogidas por la web (unas 500) es muy poco significativo. En menos de una semana debemos cerrar la campaña para poder presentarlas al ayuntamiento antes de las elecciones.
Y el número de mails enviados al regidor no lo tenemos muy controlado porque supongo que la gente no ha puesto copia a nuestra cuenta de correo (animalesdesantjoandespi@gmail.com) y los que nos han llegado no llegan ni a 30...
De nuevo, os vuelvo a pedir vuestra ayuda...
Andamos desesperados porque hemos podido hablar con una persona importante del ayuntamiento y sabemos que no tienen ningún reparo en admitir lo de la moratoria y decirnos que les es imposible mantener a los perros (10 euros diarios) en TOTGOS (lo peor de lo peor)....
Estoy casi segura de que cuando pasen las elecciones harán uso de la moratoria, tanto para perros como para gatos...
Si podeis darme alguna idea, no sé... La prensa tampoco no quiere saber nada de este tema y ya no se me ocurre como poder impedir esta atrocidad.
Creo que si pudiésemos parar los pies al ayuntamiento de Sant Joan Despi, conseguir que otros ayuntamientos parasen la moratoria sería mucho más facil. En cambio, si a pesar de todo lo que hemos conseguido, este ayuntamiento sigue adelante, poco se podrá hacer con el resto.
Alquien puede ayudarme? Alguna idea? Algún consejo?
Gracias a todos
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