El PP en defensa de las corridas de toros

Imagen: www.asanda.org

Al fin el Partido Popular ha hecho público lo que era una realidad mal disimulada: su apoyo incondicional a las corridas de toros. No deja de tener una gracia macabra que haya incluido la siguiente frase “La fiesta de los toros, en todos sus aspectos, será considerada como parte de nuestro patrimonio cultural”, precisamente en el apartado de cultura de su proyecto. El Grupo conservador considera que el hecho de torturar a un animal y causarle sufrimiento para al fin matarlo, es digno de figurar entre el conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico y entre las expresiones artísticas de una sociedad. Seguramente además de cultural es didáctico, por eso pretende fomentar un espectáculo sangriento al que pueden acudir menores.

Siguiendo con su defensa de esta atrocidad maquillada como tradición, tiene el PP la intención de “promover la restauración de las plazas históricas, dentro de un programa en el que se crearán proyectos culturales y de investigación”. No es la primera vez que en los Ayuntamientos gobernados principalmente por los populares, se gastan cantidades ingentes de dinero en cuestiones taurófilas, aunque eso suponga el endeudamiento municipal y el deterioro de servicios públicos por falta de fondos. Sigue vigente en esta Agrupación la idea de ofrecer “Pan y circo” al pueblo, aunque siempre sea para los mismos el pan duro y el circo implique el dolor de seres vivos.

Por último, dice el Partido Popular que quiere “demostrar su interés por una actividad económica de primer orden y preservar una seña de identidad cultural propia de nuestro País”. No es precisamente a las familias más humildes y necesitadas a quien beneficia este negocio, ni sirve como justificación para un crimen por muy legal que sea el argumento de los ingresos que genera, también los producen el tráfico de drogas, de armas o la pornografía infantil. Y en cuanto a la afirmación de que es una identidad cultural de este País, cabría hacer un estudio serio y saber cuánta gente realmente es partidaria de esta brutalidad y desea su continuidad; aunque a juzgar por otras movilizaciones, probablemente el PP haría una vez más oídos sordos a la voluntad popular.