Mejor será olvidar
de revueltas y agitadores
cuando el siglo comienza su fin,
y enflaquecida la memoria
dejar marchitarse el jardín
donde crecieron aquellas flores
que, sembradas entre cargadores
hicieron suya la Victoria
siendo munición de fusil.
Se aliaron miedo y cobardía
para excavar una gran fosa
donde, el abandono y la apatía
sepultaron a
Fue la fatal resignación
quien escribió que era utopía
sobre la losa que la cubre,
y hoy, ya nadie descubre
que el arma dispara una rosa
cuando la carga la razón.
Se ha hecho invierno en Primavera
y ha amanecido un Mayo gris,
sin rebeldía por montera
sólo el loco de la escalera
busca hoy una playa en París.
Con el estudiante amansado
no habla
con el obrero domesticado
en
Hay flores en la tumba de De Gaulle
y el Ché, sigue perdido en Higueras,
ha enmudecido la voz de Dylan,
se han apagado en Woodstock las velas
y se ha secado la pluma de Jean Paul.
Los adoquines en Saint-Michael levantados
son hoy un fúnebre monumento
a dos cadáveres, el ánimo contestatario
y el espíritu de la insurrección.
Juan XXIII, vuelve a morir, asesinado
por Ratzinger y sus adláteres, resurge Trento
y amortaja a Roncalli cual sudario
Si, será mejor olvidar
Hoy, ya nadie alcanza la gloria
por ser mártir o guerrilero,
y será alienado o agorero
quien se empeñe en recordar el pasado
por augurar el futuro de este presente.
Nada es lo que hemos aprendido,
nada es lo que hemos conseguido
y mañana, seguramente,
nos dirán que los que su vida dieron
por un ideal como ofrenda
en realidad, jamás existieron,
son sólo una absurda leyenda.
Julio Ortega Fraile
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