En esta ocasión falló la pose morbosa y mediáticamente calculada, pues el pitón del toro se clavó en tu carne como tu estoque en la suya una y mil veces. Pero eres humano y por lo tanto, desplegaron el eficiente dispositivo pensado para estos casos. Así, gracias a la celeridad y a la pericia de los implicados, hoy tu sonrisa no es un rictus cadavérico.
Los cientos de animales que has matado nunca tienen tanta suerte, ¿suerte o protección? Creo que la segunda, porque ellos no son racionales, como tú, sino las “bestias” destinadas con su sufrimiento a encumbrarte cual dios, cruel a mis ojos y sublime para otros, una contradicción a la que puede responder la interpretación de los toros, según sensibilidades e intereses, como simples instrumentos para generar beneficios y saciar sadismos o por el contrario, como seres brutalmente sometidos y carentes de cualquier derecho, incluso el de no ser torturados.
Me siento muy satisfecho de que en México no hayas corrido la misma suerte que todas tus víctimas, y es que por mucho que te cueste comprenderlo, cuando se entiende la muerte como un tránsito inevitable pero provoca repulsa su llegada por la intervención humana, esa postura ética incluye tanto al ejecutado como al verdugo. Por otra parte, tu presencia en la arena, es el más ilustrativo paradigma de cómo la tauromaquia se vale de la hipocresía y de las pasiones malsanas para perdurar, cual cáncer moral en una sociedad que dice haber superado el salvajismo, el oscurantismo y la perversidad. Vuelve y mata José Tomás, que de eso vives, y tus crímenes legales son la razón incontestable que nos asiste para demostrar que las corridas, constituyen actos vergonzosos origen de un dolor inútil y transmisores de ignorancia y egoísmo.
3 comentarios:
Que se me eche encima quien quiera, pero estoy convencido de que en ese mismo momento además murió gente inocente por no poder recibir los 8 litros de sangre que se le transfundieron al torero.
Yo no quiero que muera que encima quedaría como un mártir. Bastaría con que se quedara inútil (¿aún más?).
Permite que aplauda tus palabras, tan acertadas y bien expresadas. Admiro este blog, lo que aquí muestras y lo que tan razonablemente expones siempre en él.
Enhorabuena por ello y mi más sincera admiración por tu bondad, esa de la que yo carezco: yo no puedo decir que me alegre que la vida del verdugo asesino siga adelante. Aunque suene a barbarie lo que digo. Y es que el que juega con fuego, se quema y si se quema, tanto me da. Y hay vidas que respeto y admiro y hay vidas que considero que valen menos que una piedra.
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