Cómo me gustaría estarme calladito y dejar de escribir sobre la utilización de animales por parte de los hombres, acerca de su maltrato y en la mayor parte de los casos, de su muerte como corolario a su explotación con fines utilitaristas (en los que la utilidad es siempre para el ser humano y los daños indefectiblemente para el animal irracional), de su uso con intenciones deportivas, lúdicas o educativas (todo eso atendiendo a una perversión de dichos adjetivos), o lo que coincidiendo en efectos resulta todavía más pérfido en motivos: el padecimiento infligido como manifestación sádica de ciertos instintos que albergan y son incapaces de contener algunos hombres.
Sin embargo no olvidemos que éste último caso, por más estremecedor que resulte, es una secuela inevitable de nuestra conciencia de propietarios de estas criaturas y del trato que en consecuencia les dispensamos. Pensemos que en el fondo, poca diferencia existe entre actos como la lidia de un toro, el desollado de un zorro para confeccionar un abrigo o un rececho de venados, y matar a un perro a pedradas o quemar vivo a un gato. Los separa la legalidad, pero tal disparidad de criterios a la hora de calificar formalmente cualquiera de esas acciones, se sustenta realmente en la degeneración a conveniencia de la moralidad aplicada del hombre en función de los beneficios que pueda obtener. Introducir frutas por el ano de una mastina no origina réditos de ningún tipo, pero mantener como lícito el engorde artificial del hígado de una oca administrándole por la boca alimento a la fuerza, preserva una industria rentable para unos cuantos. Así, lo primero es una infracción y lo segundo, gastronomía de alto nivel, existiendo realmente grandes similitudes entre ambos casos.
Taurinos, cazadores, partidarios de circos con animales o usuarios de prendas de visón, a menudo me incitan a que deje de darle a las teclas y que no pierda más el tiempo, según ellos, en seguir escribiendo. Fundamentan sus "consejos" en varios razonamientos: que no digo más que estupideces y mentiras, que nadie me hace caso, que es inútil que me esfuerce porque esto no va a cambiar, y que soy un caradura que pretende vivir de subvenciones y sin dar un palo al agua. Lo curioso es que no pueden hacerse una idea todos estos “admiradores”, de hasta qué punto sus observaciones me animan a abrir un
Nuevo Documento de Word para seguir expresando la sensación de repulsa que me produce tanta crueldad impune.
Yo les comprendo cuando me conminan al silencio y entiendo que para ellos, resulta muy molesto que en la Sociedad vaya tomando forma y fuerza un movimiento en contra de sus actitudes explotadoras y violentas, pero el problema que se encuentran es que con nosotros, los hombres, no pueden servirse de la misma superioridad fisiológica que ampara y legitima su exención de responsabilidades en el sufrimiento que infligen al resto de animales.
Me explico: un toro, un jabalí, un gato o un mono, pueden, cada uno en función de sus limitaciones biológicas, expresar en mayor o menor medida miedo, enfado o dolor, pero lo que es indiscutible, es que ninguno de ellos será capaz acercarse a una comisaría a presentar una denuncia, ni escribir al Defensor del Pueblo o enviar una Carta al Director de algún Diario para manifestar su parecer acerca del papel de eternas víctimas que le ha tocado en este reparto de funciones decidido por el ser humano. Su limitación física es precisamente lo que les impide rebelarse contra la condena que se les ha impuesto a lo largo de la Historia y la razón principal de que su penoso destino haya variado tan poco.
Pero he aquí que aparecen en escena unos cuantos hombres, cada vez más, y empiezan a convertirse en la voz de los que sólo pueden ladrar, maullar o gruñir. Resulta que esas garras prensiles o esas uñas válidas para escarbar pero inútiles para sostener un bolígrafo, son sustituidas por manos humanas susceptibles de argumentar a favor de los derechos de aquellos a los que por conveniencia de una sola especie se les vienen negando, y mira por dónde, que cuerpos inválidos para trepar, correr o saltar como lo harían otros animales, si están en disposición de congregarse para expresar su rechazo a tanto abuso y exigir el fin de los atropellos que los animales racionales ejercen sobre seres con sus defensas mermadas o anuladas.
Es en este instante cuando esta gente nos manda callar. A nosotros no se nos puede apuntar con una escopeta, apretar el gatillo y después colgar nuestra cabeza en un salón; tampoco están autorizados a clavarnos una espada y atravesarnos los pulmones mientras la afición grita
“Oleee Maestro”; ni se les permite por medio de castigos físicos obligarnos a saltar a través de un aro ardiendo. Y claro, ahí vienen los problemas, pues cuando los sometidos disponen de quien divulgue, denuncie y censure la situación de absoluto desamparo en la que se encuentran sumidos, comienzan los nerviosos movimientos de sus verdugos, temerosos de que la publicidad de sus actos y el revulsivo que para la conciencia de los ciudadanos implica llenar de luz el oscurantismo que rodea los excesos del hombre con otros animales, traiga como consecuencia un repudio generalizado y que los políticos legislen tomando en consideración dichas demandas.
Pero de momento siguen relativamente tranquilos, porque saben de la cicatera empatía de esta Sociedad con los males ajenos, en la que unos cuantos, pocos, están hartos de la superioridad violenta sobre el resto de especies que el hombre se ha otorgado como privilegio, otros tantos son la viva muestra de ese antropocentrismo tan dañino y los demás, esto es, casi todos, nada dicen y su indiferencia o cobardía se traducen en consentimiento implícito y por lo tanto, vienen a dotar de legitimidad moral a las nocivas prácticas de los segundos. A todo esto, los políticos echando cuentas y sumando los votos que pueden obtener de cada una de las opciones. Sus cálculos concluyen en lo conveniente de no hacer nada, porque legislar a favor de los derechos de los animales es asegurarse el voto de sus defensores, perder el de sus maltratadores y crear un clima de protesta como ocurre con todo cambio importante, que puede menoscabar su imagen de estabilidad ante el grueso de los ciudadanos. Y dejar que todo permanezca igual es quedarse sin el apoyo de los animalistas y seguir obteniendo el que les venga correspondiendo del resto, de unos porque pueden continuar con sus diversiones, costumbres o negocios, sangrientos pero cubiertos por la ley, y de los demás porque en el fondo, por ignorancia o egoísmo, el sufrimiento de esas criaturas es para ellos una cuestión más o menos desagradable, pero demasiado insignificante como para merecer su compromiso o la menor "pérdida" de tiempo.
Acabo igual que comencé, asegurando que me gustaría estar muy calladito por un simple motivo: que no tuviese razones para escribir sobre el maltrato de animales. Pero lamentablemente ese deseo es de momento sólo eso, un sueño, acáso cada vez más cercano pero inalcanzable todavía. Por lo tanto voy a seguir haciéndolo mientras sea testigo de un solo caso de injusticia o de explotación hacia estas criaturas y sobre todo, en tanto en cuanto me exijan silencio los que empuñan el cuchillo, el estoque, el látigo o la escopeta, porque de sus insultos nace buena parte de mi certeza de que voy por el buen camino.
4 comentarios:
Por favor Julio, no te quedes callado, no dejes de escribir. Somos muchos los que valoramos tus artículos y aun más, tu entrega incondicional y altruista en la defensa de las criaturas no humanas.
Tú no te limitas sólo a exponer opiniones. Tu manera de vivir, actuar y sentir son una muestra evidente de que aun queda esperanza de un mundo mejor. Es difícil encontrar personas con la coherencia y compromiso que demuestras tú día a día.
Un abrazo Compañero
Sí, lo sé, soy un pelín pesada, ....pero quisiera reflejar unas frases del libro de de Jane Goodall & Marc Bekoff “Los Diez Mandamientos” (Para compartir el planeta con los animales que amamos).
En el capítulo: “Permanecer en silencio es una traición” podemos leer:
Debemos mantener la esperanza de que si construimos una ética universal de valentía, respeto, preocupación, afecto, compasión y cariño, conseguiremos cambiar la situación aunque no veamos los resultados positivos de nuestros esfuerzos. Debemos apartar a un lado las frustraciones y los insultos personales, puesto que las recompensas tangibles no suelen aparecer inmediatamente después del activismo a favor de los animales y la Tierra.
También debemos confiar profundamente en que la voz y las acciones de cada individuo aislado cuentan, porque así es. Martin Luther King junior dijo en cierta ocasión:“Llega el momento en el que el silencio es una traición”. Tenía razón: el silencio y la indiferencia pueden resultar mortales para nuestros amigos animales y para el planeta.
http://server3.foros.net/viewtopic.php?p=673&mforum=NacidosLibres#673
(Merecía la pena ponerlo ¿verdad?)
Buenas, la verdad que tu escrito refleja mucho de lo que yo no se decir con palabras.
Ha llegado un momento en el que los humanos tenemos que actuar y darnos cuenta que la vida que llevamos a costa del sufrimiento de otros seres no tiene sentido. Se que llegará el día en que dejaremos de aprovecharnos de estas criaturas, porque aunque parezca que no cada vez somos mas los que intentamos poner nuestro granito de arena. Sólo que nuestro trabajo es complicado cuando se trata de cambiar mentalidades ancladas en las tradiciones y en creer que lo que siempre se ha hecho es lícito, sin cuestionarlo, sólo porque el hombre es el dueño del planeta (primera gran equivocación). Pero creo que nos toca participar activamente de esta nueva revolución humana. Es sólo cuestión de tiempo pero lo lograremos ....aunque no será fácil el camino, pero no hemos de callarnos alguien tiene que dar la voz que no tienen en esta injusticia.
anoche pude comtemplar un video sobre el maltrato de animales que seguramente ustedes conocen, se llama earthlings. muchas veces he leido articulos y todo tipo de cosas relacionados con el maltrato de animales pero ese video terminó de chocarme, he visto que la humanidad ha progresado hasta tal punto de que la mayoria son personas crueles y maltratadores. no consigo entender como una persoa puede mirar a esos animales en los ojos y rajarlos sin tener el minimo remoldimiento. incluso salen personas insultando a los animales mientras que los asesinan. lo peor de todo que casi todos aportamos a esa crueldad comiendo carnes ya sean las tipicas o incluso las exoticas. Los chinos me dejaron muerta, sin piedad matan a miles de delfines en un momento. esos elfines cariñosos y familiares que tanto nos gustan. Hasta los animales más salvajes como un león no son capaces de enfrentarse tras ser maltratados con los humanos. Tienen tanto miedo del castigo que les espera. Va llegar un punto en la evolucion humana que la naturaleza nos castigara hasta tal punto que desaparesca la humanidad y sinceramente es normal y es el castigo que nos merecemos. Agradesco mucho que en esta pagina haya personas que reflexionan sobre este asunto e intentan ayudar o colaborar dónde pueden. Es necesario abrir los ojos y ayudar a esos indefensos animales. Incluso creo aunque suene cruel que aquellas personas enfermizas que asesinan de diversos modos a nuestros seres queridos, merecen la misma clase de muerte. Es triste que los gobiernos no hagan nada en contra de esto, que la mayoria se denomina "legal". Que clase de legalidad es esa? Si se produce un homicidio logicamente castigan a la persona con carcel pero muchas veces esto no sirve de nada, pero una persona que asesina un animal que? se cruzan de brazos y dejan que continuen con eso y encima con la poca verguenza de decir "son solo animales". en que clase de mundo vivimos? Aquellos que lean mi comentario puede aportar ideas de como disminuir estos maltratos o incluso hacer que desaparescan? es una situación tan dificl y somos una minoria los que queremos cambiar esto. No olviden, todos somos habitantes de esta tierra y tenemos que convivir y ayudar mutuamente. Nosotros tambien somos animales lo unico que pasa que hemos desarrollado una inteligencia que usamos muchas veces para las cosas equivocadas. Ahora mismo lo más importante para la mayoria es como conseguir dinero y les da igual como conseguirlo. Pra mi claramente vivimos en una mierda de capitalismo y nos hemos convertido en lo más cruel que existe. Agradesco los argumentos que escriben en esta pagina. debemos hacer todos un autoexamen de nuestros actos y pensar con lógica. NO seamos unos ignorantes!
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