MALTRATO ANIMAL: UN CRIMEN LEGAL



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Quien asume la tortura y el asesinato de otros seres como algo ajeno, es tan responsable como el torturador y el asesino.

"Los hombres son nazis para los animales y su vida es un eterno Treblinka". (Isaac Bashevis Singer- Premio Nóbel).

Después de que todo se haya dicho y hecho, quedará mucho más por hacer que por decir. (Jane Goodall)

Ante la injusticia la cobardía se viste de silencio. (Julio Ortega)



jueves, 12 de marzo de 2009

Medalla a la tortura artística y a la muerte culta

Me gusta, ya lo creo que me gusta esta España más chula que Don Hilarión, capaz de endosarnos dos tazas de caldo aún sabiendo de las arcadas que nos produjo la primera. ¿Chulería, venganza, o tal vez simplemente atraso y cretinismo moral?. El caso es que este Gobierno, que ayer se vio privado muy a su pesar de un Ministro que mataba... animales, esto es, que cazaba, ahora nos confirma que lo de coger a una criatura de esas que llaman irracionales y convertirla en un cadáver tras un proceso más o menos largo de suplicios, no era un divertimento exclusivo del Ex-responsable de Justicia sino que al parecer, apasiona igualmente a sus colegas, porque una vez más de un Consejo de Ministros ha salido la decisión de otorgar la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes a un torero, o sea, a uno que mata... toros; bueno, los mata al final, ya que antes, entre él y sus "ayudantes", lo torturan con profusión. Yo ya empiezo a preguntarme si para acceder a la Jefatura de un Ministerio será requisito indispensable disfrutar con el maltrato a los animales porque de otro modo no me lo explico. Y nada de que si es legal o deja de serlo, por favor. Maltratar es "infligir dolor o padecimiento" y, ¿un disparo duele", ¿que te claven una banderilla o un estoque produce padecimiento", sí, ¿verdad?, pues no hay duda, cazar y torear es maltratar animales.

Este año la medallita le ha correspondido a Francisco Rivera Ordóñez, prototipo de hijo, novio y macho para la España por la que circuló el baúl de "La Piquer" y que sigue al parecer muy viva, si no tanto en paisaje sí al menos en "paisanaje" - emulando a D. Miguel de Unamuno al que por cierto, le repugnaban las corridas de toros -. Alguno vendrá rápidamente a rebatirme: "Ya, pero a Ortega y Gasset le gustaban", es cierto, sin embargo él mismo admitía que había "afrontado desapasionadamente la lidia, sin implicaciones ideológicas o sentimentales", lo que nos habla de irreflexión más que de razón. En fin, misterios, también Hitler disfrutaba escuchando a Richard Wagner y lo miserable del oyente no quita lo grandioso del compositor. Pero volvamos al galardón porque la cuestión, por lo repetitiva, es digna de un análisis en lo que al espíritu del premio se refiere así como a los destinatarios del mismo una edición tras otra. Hace aproximadamente un año expresé mi sorpresa y repugnancia a partes iguales... bueno, no es cierto, me produjo más asco que estupor, por la concesión de la medalla a José Tomás y resulta que ahora se la lleva de nuevo un matador. Pero no son estos dos los únicos, también tenemos a Paco Camino, José María Manzanares, Enrique Ponce, Antonio Ordóñez, Santiago Martín, Rafael de Paula, Juan Antonio Ruiz Espartaco y a unos cuantos siniestros diestros más como merecedores, a juicio del Consejo de Ministros de turno, de una condecoración cuya supuesta finalidad es la siguiente: "distinguir a aquellas personas y entidades que hayan destacado en el campo de la creación artística y cultural o hayan prestado notorios servicios en el fomento, desarrollo o difusión del arte y la cultura o en la conservación del patrimonio artístico"; se indica igualmente que "será concedida por el Ministerio de Cultura a aquellas personas o Instituciones que destaquen en los campos literario, dramático, musical, coreográfico, de interpretación, etc.".

¿En cuál de las categorías, aptitudes o disciplinas citadas entra el hecho de ejercer de torturador y de matarife?. Y no me hablen de valor, porque ni la medalla premia tal virtud ni ésta es patrimonio de los toreros. Hoy en día, estos maestros de la degollina se enfrentan a animales que ya entran a la plaza con sus fuerzas diezmadas y sus sentidos menoscabados, a pesar de que los valedores de la "Fiesta" lo nieguen; tampoco oí admitir jamás a Bush que se torturase en Guantámo y, ¿alguien es capaz de afirmar que no se hiciese?, será que hace falta menos egoísmo para reconocer la parte infame de aquello que nos agrada o reporta beneficios y la generosidad, no es precisamente una característica que se prodigue en los que abusan de seres más débiles o desamparados por la Ley. De lo acontecido en la prisión estadounidense tenemos los relatos de aquellos convictos que lograron salir de la misma, de lo que pasa con los toros de lidia no disponemos evidentemente de la versión de los interesados, entre otras cosas porque no pueden hablar y aunque fueran capaces de poco valdría, acaban siempre muertos, - bueno no, perdón, que el caritativo de José Tomás una vez indultó a uno, ¡que gran chico! - pero sí tenemos las declaraciones de personas que han estado vinculadas a ese mundo e incluso las de aficionados actuales, sólo hay que saber buscarlas o escuchar cuando no saben quién les está oyendo. Y después, cuando el toro "tocado" ya está en la arena y antes de que llegue el de la guadaña aparece el de la pica, más que nada para dejar en el animal el dolor de una profunda herida con sus correspondientes desgarros internos y con perforación pulmonar incluida en ocasiones, así como la imposibilidad de que mueva con libertad el cuello y permanezca con él "agachado", labor a la que contribuyen con las banderillas. ¡Qué valor el del torero en su lucha de igual a igual!. La sangría previa del toro no ensombrece ni mucho menos su arrojo... sólo nos habla de su indignidad.


Pero resulta que en esta ocasión lo de la medalla no se queda únicamente en una nueva edición de las aberrantes decisiones de nuestros políticos, sino que se ha convertido en un motivo de disputa entre matachines, ya que hay dos conocidos ejemplos de esta ralea de hombres, con luces en su traje y sombras en su corazón, que han decidido devolver su galardón agraviados por la entrega del mismo al hijo de Paquirri, otro "grande" de la España canija. Afirman los soliviantados sayones que con este gesto "se degenera el concepto del arte del toreo" y que la rechazan "por vergüenza torera". Sorprendente el arranque de pundonor en quien practica el crimen institucionalizado pero establece categorías de honorabilidad para el mismo. Parece ser que la sangre ajena que derrama esta despechada pareja y el sufrimiento que entre pases, brindis y ovaciones ocasionan a un ser vivo, posee en su caso la esencia de lo sublime y merece la consideración de expresión artística y manifestación cultural, pero en el de su colega de fechorías consideran que no es más que un advenedizo en el cruento Olimpo donde pretenden habitar. Tal vez a José Tomás, que ha querido rodearse de un halo de "misterio y ascetismo" ante la opinión pública por aquello de que cuánto más esquivo más deseado, le desagraden los cotizados devaneos de Francisco Rivera y los dividendos que el airear su vida privada le procura. Pero no es esa, no, la cuestión; allá cada cual que convierta en meretriz su intimidad si le apetece o beneficia, el problema es que tanto el uno como los otros, son la prueba viviente de que la tortura sigue estando legalizada y aún bien vista por unos cuantos en este País.

Intentar que la Sociedad tome conciencia de la necesidad de avanzar en educación, respeto y solidaridad con todos los seres con los que compartimos el Planeta no es una tarea fácil, pues hay que luchar contra siglos de costumbres y de creencias adquiridas, enfrentarse a grandes dosis de individualismo y antropocentrismo que forman parte de nuestro acervo más enquistado y sobre todo, lograr que los ciudadanos comprendan la importancia de que una lucha que no comienza es una derrota, por lo tanto es fundamental iniciarla cuanto antes y continuarla sin descanso ni desfallecimiento, pues aunque no lleguemos a ser testigos del triunfo sí somos responsables del legado que le dejemos a nuestros hijos. Pero si ese es un compromiso laborioso e incluso agotador en ocasiones, la empresa se vuelve penosa cuando enfrente nos encontramos además de la incomprensión o la apatía de algunos ciudadanos, también la obstrucción de los poderes establecidos y su connivencia con aquellos que en este caso, sustentan, protegen y estimulan el maltrato a los animales. Conceden la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes a quien cada vez que dice cultivarlas mata por negocio y placer; es no ya ensuciar una distinción que en definitiva, no vale sino para dotar de empaque mediático a una actividad condenada allende nuestras fronteras y aquí rechazada cada día por más personas, sino que representa - y eso es lo más abominable - la evidencia de que a nuestros políticos les interesa más la enajenación mental y el embrutecimiento moral del Pueblo que su cordura, instrucción y sensibilidad, porque en el primer caso es mucho más sencillo dominarlo y someterlo sin que ni tan siquiera se dé cuenta de ello.

http://www.pacma.es/
http://www.liberaong.org/

3 comentarios:

Jesús Herrera Peña dijo...

Al hilo de una medalla de oro a un matador de toros, de manos de un ministro socialista, y ahora que vamos despacio debiéramos hablar en los bloges de progresistas como lo haces tú, sobre ¿Qué es ser de izquierdas?

Si los izquierdistas vamos a misa los domingos (aunque sólo sea por lucir el vestido que nos acabamos de comprar); si los izquierdistas somos aficionados a las corridas de toros; si los izquierdistas somos cofrades de alguna cofradía de semana santa, por aquello de mantener las tradiciones, si estamos convencidos de la suerte que hemos tenido con que Franco nos dejara en herencia en calidad de rey a Juan Carlos Borbón Borbón; si los domingos, lo más importante que hacemos, para llenar el tiempo libre es empaparnos de júrbol; si..., etcétera, etcétera, etcétera...
¿Qué nos quedaría, realmente, de verdadero izquierdismo a los "izquierdistas"?

Estoy perplejo; es algo que —confieso— me ocupa y me preocupa mis pensamientos a estos sesentones años.

A la vista de lo que veo, me pregunto con harta insistencia:
Peroooo..., realmente..., ¿qué es ser de izquierdas?

Y, ¡claro!, yo mismo me lo tengo que responder: En muchos de los casos prácticos que veo en militantes más o menos destacados de los partidos de izquierdas, ser de izquierdas es un deseo, una aspiración, una quimera, una meta inalcanzable por llegar a alcanzar, una especie de devoción de esas de "haz lo que yo te digo pero no hagas lo que yo hago"; algo que no podemos ser pero que intentamos aparentar y a veces, con escasos o nulos resultados.
En fin...
Esto mío es una entelequia. Un intríngulis avivado, quizás, por el espléndido regalo de una medalla de oro en calidad de Bellas Artes a un "profesional" del "arte" de maltratar, torturar y matar toros en espectáculos públicos, de manos de un miembro de un gobierno que aparentemente lleva el marchamo de izquierdas.
Si los ministros de los gobiernos de izquierdas, hacen cosas que harían idénticamente los equivalentes ministros de gobiernos de derechas, eso deja perplejo al más pintao.

Cuando muchos de esos actos se mimeticen con los actos que tradicionalmente nos viene acostumbrando la derecha, más nos valdría al total de los españoles que cada cuatro años se lanzara una moneda al aire a ver a quién le tocaba habitar el Palacio de La Moncloa por ese cuatrienal periodo.

No sé..., no sé..., pero me parece que ciertos gestos le deben estar prohibidos a los gobernantes de izquierdas, para que no parezcamos todos los políticos lo mismo.

Salud y República pronto

Ricardo Muñoz José dijo...

¿DESDE CUÁNDO EL TOREO ES ARTE? LAS ARTES SON SEIS: ARQUITECTURA, DANZA, ESCULTURA, MÚSICA, PINTURA Y POESÍA (LITERATURA). ¿EN CUÁL DE ELLAS ENCAJAN LAS CORRIDAS DE TOROS?
¿O es que alguien estudia Bellas Artes y sale doctorado en tauromaquia?
.

Señores, premiando a los impresentables con “luces” en la vestimenta y sombras en la conciencia, ustedes se están premiando a sí mismos. No olvidemos que la máxima autoridad del país es taurino (además de cazador y carnívoro) y que reconocer y ensalzar el toreo es una forma de acatar esa autoridad.
La afición a los toros (mejor dicho a los toreros) se ramifica de tal forma que envuelve cualquier estamento político, y por tanto, se sabe que estas de decisiones van destinadas a echarle un manto de protección al “tauricidio” ejecutado en las plazas de España.
Así intentan enaltecer la llamada “fiesta” (negocio puro y duro), donde unos sádicos patéticos hacen de la tortura el preámbulo de la muerte. Y luego se hinchan hablando de cultura nacional, sin percatarse que en los países verdaderamente cultos (los que tienen la barbarie hundida en la humareda del tiempo), no hay toros. Al contrario, ven en el toreo un vestigio de salvajismo que la humanidad necesita extirpar.

Señores de la “curtura”, entérense de una vez; el 72% de la población no se siente atraída por la sangría animal cometida en la “fiesta nacional”. Los jóvenes no conocen los nombres de los matadores ni de los ganaderos, y tampoco en las reuniones juveniles se habla de toreo.

Y para completar el desaguisado, el Ayuntamiento de Madrid acaba de conceder al matador José Tomás, la Medalla de Oro de Madrid. El alcalde Ruiz Gallardón dijo de él: “Se trata, sobre todo, de un hombre, de un torero, de un artista, con un orgullo que no deja sitio a la vanidad, de corazón caliente y sangre fría con creces derramada”. El señor Ruiz Gallardón, aparte de haber soltado una pifia ya que orgullo y vanidad son sinónimos, habla de “sangre fría con creces derramada” sin aclarar que en el “espectáculo” la única sangre derramada en vano es la del toro.

Las autoridades y señores de la cultura canalizan su parecer hacia la repetición del error. Premian a los asesinos de animales, a esos peleles travestidos (cubiertos de lentejuelas y con calzado femenino), acostumbrados a brindar con sangre en las orgías de tortura y muerte animal, para regocijo de sádicos instintos que sobreviven en nombre de una tradición perfumada con aromas cavernarios.

Si es como dijo mi amiga María (Córdoba Antitaurina) al referirse a estos personajes de la culturalitis: “Estáis más perdidos que Ortega Cano en una biblioteca”.

Un saludo, Julio.
Ricardo – Linde5

Awaken dijo...

Te he dejado un premio en mi blog. Pasa a recogerlo. Espero que te guste.
Un abrazo
Àngels