

Pues resulta que dos jóvenes que quemaron unas fotos de los Reyes han sido condenados a pagar 2700 euros y un individuo que ató, golpeó y le desgarró el ano a una yegua al violarla tendrá que apoquinar 771,30 euros por su particular sodomía con sesión de sado incluida.
Pero no pasa nada, si es muy normal, ¿dónde vas a comparar la importancia de un papel fotográfico con la de un ser que siente y padece?. Porque aunque nadie haya oído quejarse a una fotografía al hacerla pedazos, al quemarla o al aplastarla cuando la metemos en un álbum, aquí sigue importando más la forma que el fondo. La pobre yegua, con sus cortes en las patas, sus tendones inflamados, sus heridas en los ojos y en los labios y su desgarro rectal, no es más que un animal cuyo sufrimiento vale cuatro veces menos que el convertir en cenizas un papel. La cantidad que ha tenido que satisfacer el “violayeguas” ha sido para cubrir los gastos veterinarios, supongo que la que han tenido que pagar estos dos “quemadaguerrotipos” ha valido para restaurar la “obra de arte” que destruyeron.

Claro, casi paso por alto que la sentencia de los peligrosos pirómanos dice que “no se debe menoscabar la dignidad de otro, en este caso de
Y ya puestos a criticar, - poco correcto que es uno -, también me llama la atención la noticia de que no hace mucho un Señor fue condenado en Valencia por vender las bicicletas de alambre que él hacía en la calle, le requisaron las veinte que llevaba encima y le han condenado a pagar 1500 euros por venta ambulante no autorizada; ahora se dedica a mendigar. Y es que aunque este peligroso artista haya nacido en el mismo País en el que él no puede vender cacharritos de alambre para comer pero algunos no tendrían responsabilidad legal si matasen a alguien y no pagan ni un céntimo por habitar un Palacio, me da toda la impresión de que nos han hecho trampa también con eso de que

Recuerdo el eslogan durante
5 comentarios:
"Cuando los justos llegan a ser muchos, el pueblo se regocija, pero cuando alguien inicuo gobierna, el pueblo suspira".
Proverbios 29:11.(copiado de la Biblia, aunque soy agnóstica, pero dice una gran verdad)
Estoy contigo en cada una de tus palabras. Todos tendríamos que tener el mismo valor al denunciar las injusticias de nuestros gobernantes y de los "intocables" que se alzan y viven a costa de la gente humilde, sólo porque han nacido en una familia "diferente".
Aplaudo tus razonamientos y tienes todo mi apoyo.
Gracias de nuevo.Un abrazo Julio.
Perdonar que me amplíe mi comentario.
Copio un poema de Benedetti que refleja la situación social y el sufrimiento de muchos ante esta desvergüenza.
No me pongas la capucha
Siento que mi pueblo escucha
cuando canto lo que siento.
Ganapán del escarmiento,
no me pongas la capucha.
No vas a conseguir nada:
no claudico ni me entrego
debajo del trapo ciego
no está ciega mi mirada.
Andá haciéndote a la idea
de que pese a tus sanciones,
tu miedo y tus precauciones,
te miro aunque no te vea.
Mientras tiembla tu victoria
que es de barro y es de Pirro,
tu rostro de pobre esbirro
lo he aprendido de memoria.
Siento que mi pueblo escucha
cuando canto lo que siento.
Ganapán del escarmiento,
no me pongas la capucha.
Hay algunas leyes viejas
que son casi permanentes:
en tu voz están tus dientes,
tu nariz y tus orejas,
y en tu rencor asustado
y en tu alarido del día
están tu mirada fría
y hasta tu ceño arrugado.
Te miro aunque no es lo mismo,
te miro aunque no te escupa.
Mi memoria es una lupa
que repasa tu sadismo.
Mirá que sigue la lucha
y sigue el pueblo despierto.
No te suplico. Te advierto:
no me pongas la capucha.
Julio, comentas: “¿Me puedo reír o si lo hago tendré que pagar por mi falta de respeto una multa mayor que aquellos que matan a palos a un perro?.”
Yo me río contigo de esta gran farsa, y si nos multan por “faltar el respeto”, pagaré encantada esa multa. El respeto hay que ganárselo, no es un derecho adquirido porque uno haya nacido en una familia “distinta” a la de los demás,o porque haya ganado el puesto de legislador,y el que no tiene respeto a los demás mortales, no tengo por qué tenérselo yo.
Podrán multarnos, podrán hacernos callar, pero nunca lograrán que seamos personas libres aunque nos quieran poner la “capucha”.
Para no variar , he tenido un error en la escritura , he puesto:
Podrán multarnos, podrán hacernos callar, pero nunca lograrán que seamos personas libres aunque nos quieran poner la “capucha”.
Aunque creo que lo que he querido explicar está claro , el texto debería estar así:
Podrán multarnos, podrán hacernos callar, pero nunca lograrán que NO seamos personas libres aunque nos quieran poner la “capucha”.
O aunque nos metan en la cárcel por ello, siempre seremos libres.
Nuestros pensamientos y sentimientos nos pertenecen únicamente a nosotros , y están fuera del alcance de las amenazas del poder, por muchas "cadenas" y mordazas que nos quieran poner.
Desde el Proyecto Chau Jaula!, me pasan las felicitaciones hacia tu artículo y tu blog.
Laura Babyaczuk que es la cradora del blog de este proyecto, lo ha colgado en su página. Podéis verlo en este enlce:
www.proyectochaujaula.blogspot.com
Es un proyecto argentino y sería bueno que le diéramos difusión.
A pesar de la distancia, tenemos que estar unidos para luchar contra las injusticias hacia los animales, ellos no entienden de fronteras ni de patriotismos.
Un saludo, Hugo
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