MALTRATO ANIMAL: UN CRIMEN LEGAL



ESTA PÁGINA CONTIENE IMÁGENES MUY DURAS Y TEXTO QUE POR SU CRUDEZA, PUEDE RESULTAR DESAGRADABLE Y HERIR LA SENSIBILIDAD. TANTO LAS FOTOGRAFÍAS COMO LO QUE SE HA ESCRITO NO HACE MÁS QUE MOSTRAR UNA REALIDAD BRUTAL, PERO SI CONSIDERA QUE PUEDE VERSE AFECTADO AL CONTEMPLAR LO QUE AQUÍ SE EXPONE, NO SIGA ADELANTE.

Quien asume la tortura y el asesinato de otros seres como algo ajeno, es tan responsable como el torturador y el asesino.

"Los hombres son nazis para los animales y su vida es un eterno Treblinka". (Isaac Bashevis Singer- Premio Nóbel).

Después de que todo se haya dicho y hecho, quedará mucho más por hacer que por decir. (Jane Goodall)

Ante la injusticia la cobardía se viste de silencio. (Julio Ortega)



sábado, 8 de marzo de 2008

Zoológicos: tráfico, prisión y sacrificio de animales

Son aparentemente lugares educativos, de esparcimiento y de diversión. Los Parques Zoológicos que hay en tantas ciudades, nos venden una imagen de lugares idílicos en los que niños y mayores pueden contemplar animales que de otra forma probablemente jamás llegarían a ver; se nos muestran también como verdaderos centros de conservación de especies que por estar en peligro de extinción, pueden seguir existiendo gracias a su reclusión en estas cárceles de animales.

Sin embargo esas criaturas, encerradas en un lugar que nada tiene que ver con su hábitat por mucho que quieran maquillar esas celdas de paisajes exóticos, están viviendo en un clima y en un entorno al que no están adaptadas y que sólo les causa sufrimiento y malestar. En lo que se refiere a la protección de especies amenazadas, tal vez sería mucho más conveniente destinar esfuerzo y dinero en salvaguardar los espacios salvajes donde estos animales tendrían que haber nacido y vivido, en vez de procurarles unos metros artificiales y sometidos a una continua manipulación por parte del hombre, con el que probablemente muchos de ellos jamás habrían tenido contacto en el caso de vivir en su espacio natural. Así pues, en este aspecto, los zoológicos no son más que una burda excusa para mantener un negocio que mueve gran cantidad de dinero y para desviar la atención sobre el porqué en el Planeta existen tantas especies amenazadas porque el hombre está acabando con ellas y porque reduce de forma drástica su ecosistema.

Lo que hay detrás de todos estos argumentos confeccionados a la medida de ciertos intereses, es un mundo en el que se entremezclan las capturas de crías, la muerte de madres que tratan de impedirlo, el tráfico ilegal, los traslados en condiciones penosas, la falta de espacio, entorno inadecuado para las diferentes especies y exceso de nacimientos o "población sobrante" que revierten en el sacrificio o venta de ese "superavit" a zoológicos de otros Países que no cumplen condiciones de salubridad ni de seguridad.

Existe toda una red desde los lugares de origen hasta los destinatarios finales, en la que participan cazadores, transportistas, intermediarios y empresarios para alimentar este tráfico de vidas en el que tantas y tantas veces, se quedan por el camino los cadáveres de los animales muertos al tratar de capturarlos, de las madres que tratan de proteger a sus crías y de los que no pueden soportar las condiciones lamentables en las que viajan. Es un negocio basado en la miseria económica de los que se dedican a arrebatarlos de su entorno natural, normalmente en zonas deprimidas donde por un puñado de monedas no dudan en cometer verdaderas carnicerías, y en la avaricia de intermediarios y destinatarios finales, cuyos ingresos se basan en comerciar con seres que sienten y padecen. Según datos existentes sobrevive como media uno de cada diez animales que son capturados en la selva para ser llevados a estos centros de reclusión.

Los Zoológicos, en sus llamativos folletos, nos muestran animales aparentemente felices y con aspecto saludable, organizan fiestas cuando se produce algún nacimiento poco habitual e incluso hacen llamamientos entre los niños para elegir el nombre de esta criatura recién nacida; sin embargo, jamás aparecen las fotografías de los animales que sacrifican o venden por falta de espacio; no nos cuentan que cuando un animal no resulta interesante, atractivo o rentable, se deshacen de él matándolo de un disparo o con una inyección letal o bien vendiéndolo; no aparecen en su publicidad los congeladores con los cuerpos de los que han eliminado, o los que han disecado, o los que han vendido a laboratorios, a cazadores o a Países donde se llevan a cabo prácticas terribles sin control alguno con los animales, como ocurre en China. Los zoológicos disponen de un espacio limitado y la reproducción que tiene lugar entre las especies que allí viven, sumada a una compra–venta continua que supone beneficios económicos para todas las partes implicadas, hace que llegue un momento en el que se quedan pequeños para albergar a tantas criaturas, con lo que encuentran la forma solucionar ese problema de falta de capacidad eliminando de las formas indicadas aquellos que por edad, estado, falta de interés o facilidad de venta a terceros, ya resulta más rentable prescindir de ellos que mantenerlos.

Tampoco parece importar demasiado los problemas de orden psicológico que demuestran muchos animales, sus comportamientos extraños, sus conductas repetitivas, agresividad o tendencia a autolesionarse, toda una serie de patologías debidas al cautiverio al que están sometidos y que acaban por trastornarles. Cuando caminamos por un zoológico, enseñando a nuestros hijos la diferencia entre un camello y un dromedario, fotografiándonos con un mono a nuestra espalda, no somos conscientes de que estamos siendo testigos y cómplices de una tragedia y de una de las formas más terribles de comercio, explotación y sufrimiento animal que existen, tragedia disfrazada de cultura, diversión y ecologismo.

En 2007, ante la pasividad de la Administración española, que apenas realiza inspecciones ni tiene un control efectivo para la concesión de licencias de apertura, La Comisión Europea abrió un procedimiento de infracción a varios zoológicos españoles por sus malas condiciones. Los responsables de los zoos implicados se defendían exponiendo los altos costes de mantenimiento y la falta de ayudas económicas, por lo que algunos de ellos decidieron cerrar sus puertas con lo que los problemas de las instalaciones dejaron de estar a la vista del público, pero esta falta de testigos no ha hecho más que empeorar la situación de los animales allí encerrados, ya que han continuado con la actividad de más ingresos les reporta, el tráfico de animales.

A comienzos del Siglo pasado se estableció un zoo humano en el Parque del Retiro en Madrid; allí se llevaron personas de Países lejanos como esquimales o aborígenes australianos para que fueran observadas por la gente en escenarios con decorados que trataban de imitar sus tierras natales. Aquel entretenimiento para los civilizados occidentales que supuso enfermedades e incluso le costó la vida a más de una de aquellas "atracciones humanas", fue considerado durante bastante tiempo como algo normal y digno de mantenerse. Al igual que hoy sigue ocurriendo con los animales, aquellas gentes eran consideradas como especies inferiores.

Eso son los zoológicos, cárceles de seres vivos, una solución antinatural, cruel y dolorosa inventada por el hombre para una vez más, utilizar a su antojo la vida en este Planeta creyéndose dueño y señor de cuanto alberga la Naturaleza.
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2 comentarios:

rey dijo...

ya estoy arto de ver animales salvajes ejaulados ya que se dejen de chingaderas i que los dejen libres para que ya no esten chingando a su madre

Anónimo dijo...

Magnífico, deberíamos tener todos un animal de un zoológico para defenderlo de esta barbarie.
El Historial del Zoo de Córdoba no es distinto:con licencia temporal concedida por la Junta de Andalucía, abre al público para enseñarles el sufrimiento en el que viven estos animales.En el último año muerte de una osa, muerte de un jaguar, elefanta medioloca por estar sola y con poco espacio,lobos histéricos con signos de transtornos obsesivos-compulsivos,conejos y gatos campando por doquier por las instalaciones y hasta los mismos guardas les dan de comer, instalaciones veterinarias pobres y ocultas a los profesionales, etc, etc .Oposiciones a veterinario del zoológico y cuidadores con bases cambiadas a última hora para beneficiar a algunos de los que se presentaron, politiqueo asqueroso.
Suciedad, falta de vigilancia, poco cuidado de los animales,etc, etc