Sr. Zapatero,
Antes de nada quiero felicitarle por la reelección del Partido Socialista una vez que una mayoría de las personas con derecho a voto en este País así lo ha decidido. Confío en que esta nueva legislatura sirva para afianzar todo aquello que por el bien común se ha llevado a cabo en la anterior, así como para implantar nuevas medidas encaminadas al beneficio de toda
Y esta carta, precisamente, está enfocada a lo que creo que ha sido uno de los aspectos más negativos en su gestión tanto por incumplimiento de lo prometido, como por una absoluta falta de interés durante los últimos cuatro años de su labor al frente del Ejecutivo en un tema que, afortunadamente, cada vez tiene más repercusión social y en el que más colectivos o personas a título particular se están implicando: el maltrato animal.
Leyendo el Código Penal, en sus artículos 337 y 631 se comprueba que maltratar con saña o matar animales domésticos, será castigado con una pena de prisión de tres meses a un año, y si fuere en espectáculos no autorizados legalmente sin incurrir en el supuesto anterior, la consecuencia será una pena de multa de 20 a 60 días o trabajos en beneficio de la Comunidad.
Sr. Zapatero, conociendo de Vd. lo que la mayoría de los ciudadanos de este País, tengo la firme convicción de que personalmente el dañar a los animales, provocarles sufrimiento o causarles la muerte es un acto que le repugna; creo en su sensibilidad y en su capacidad de sentir el mal ajeno, como tampoco tengo ninguna duda de que así es en el caso de la Ministra de su Equipo de Gobierno la Sra. Narbona. Partiendo de esa premisa, estoy convencido de que casos como el de un individuo – no soy capaz de llamarle Señor -, vecino de Ribeira (A Coruña) que mató a su perro a base de golpearle con un palo y cuya pena fue el pago de 6.000 euros de multa, a Vd. le remueven la conciencia y le parece un castigo en modo alguno ajustado al daño causado por ese sujeto ni a la saña, la maldad y la crueldad con la que actuó. De hecho, no creo que haya muchos casos de personas que permanezcan en prisión por haber torturado o quitado la vida a animales; sin embargo, cada día con mayor frecuencia, los medios de comunicación nos muestran imágenes monstruosas de gatos o perros golpeados hasta morir, que han sido rociados con ácido, a los que les han serrado las patas, de galgos ahorcados, de gatos que han muerto apedreados…
Por otra parte existen “actividades” todavía legales que también implican un sufrimiento atroz para los animales y su muerte tras una larga agonía en la mayor parte de los casos: corridas de toros, toros embolados, alanceados, del aguardiente, etc. Hay sobrados estudios estadísticos sobre cuánta gente es partidaria de la “Fiesta” de los toros o de la caza deportiva, por poner un ejemplo, en ambos casos el número de detractores supera el 80% de la población, del mismo modo que más de un 90% está a favor de un fuerte endurecimiento de las penas por el maltrato animal.
Tras esa manifestación que le acabo de indicar, al igual que tras la intención de restaurar las plazas de toros históricas o de relanzar la “Fiesta”, está la mano del Partido Popular, que recoge tales propuestas en su Programa y asegura que el de los cazadores es un sector maltratado por el Partido Socialista. Pero Vd., Sr. Zapatero, por suerte no tiene los mismos valores que los que lideran el PP; Vd. cree en la justicia, la solidaridad y el bienestar común de un modo mucho más eficaz y sincero que el Grupo conservador; no tengo ninguna duda de que es capaz de sentir una lástima infinita cuando ve como un toro todavía vivo, bañado en sangre, sale arrastrado y paralizado de la Plaza, inmóvil porque la puntilla le ha seccionado la médula espinal, pero aún con vida camino del desolladero. Estoy convencido de que se le encogen las entrañas cuando ve imágenes de perreras municipales con los perros famélicos, hacinados, o sus cuerpos sin vida después de que les haya sido aplicada una inyección casi siempre tan barata y de tan mala calidad, que tardan muchos minutos en morir tras una intensa agonía. No tengo ninguna duda de que Vd. apartaría la vista horrorizado si le mostrasen como hacen ingerir sustancias corrosivas a monos o conejos, como despellejan todavía con vida a muchas criaturas en la industria peletera y siguen moviéndose una vez que ha desaparecido toda la piel de su cuerpo, o si contemplase como un cazador acuchilla a un venado para rematarlo después de haber disparado sobre él varias veces para lograr un trofeo más, sólo para eso.
Sr. Zapatero, puede Vd. ser receptivo al deseo cada vez expresado con más contundencia y por mayor número de gente que clama por el fin del maltrato animal, o puede quedarse sin hacer nada, dejar todo como está y permanecer sordo y ciego ante la demanda popular y sin duda, ante su propia conciencia. Yo no soy quién para decirle cómo tiene que gobernar pero créame, mi deseo es el de millones de ciudadanos de este País que quieren vivir en un lugar en el que sus hijos no crezcan pensando que se puede dañar y matar a los animales por ciertos intereses o simplemente por entretenimiento, que quieren superar costumbres y tradiciones salvajes cuyo único fin es que el hombre permanezca embrutecido, y que quieren una Justicia eficaz que al menos disuada a los que se creen con derecho a reventar a palos a un perro o a matar a pedradas a unos gatos porque saben que como mucho, tendrán que pagar una multa.
Ojalá entre sus acciones de Gobierno, esté la de ser el responsable de haber salvado millones de vidas de seres que no por irracionales, tienen menos derecho a disfrutar de una existencia digna.
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