MALTRATO ANIMAL: UN CRIMEN LEGAL



ESTA PÁGINA CONTIENE IMÁGENES MUY DURAS Y TEXTO QUE POR SU CRUDEZA, PUEDE RESULTAR DESAGRADABLE Y HERIR LA SENSIBILIDAD. TANTO LAS FOTOGRAFÍAS COMO LO QUE SE HA ESCRITO NO HACE MÁS QUE MOSTRAR UNA REALIDAD BRUTAL, PERO SI CONSIDERA QUE PUEDE VERSE AFECTADO AL CONTEMPLAR LO QUE AQUÍ SE EXPONE, NO SIGA ADELANTE.

Quien asume la tortura y el asesinato de otros seres como algo ajeno, es tan responsable como el torturador y el asesino.

"Los hombres son nazis para los animales y su vida es un eterno Treblinka". (Isaac Bashevis Singer- Premio Nóbel).

Después de que todo se haya dicho y hecho, quedará mucho más por hacer que por decir. (Jane Goodall)

Ante la injusticia la cobardía se viste de silencio. (Julio Ortega)



jueves, 17 de mayo de 2012

Los toros alienígenas del Profesor Illera


El Profesor y Veterinario Juan Carlos Illera  se ha convertido en una suerte de anestésico para heridas y conciencias en el mundo taurino apuntando un afán de narcosis universal. Este hombre, gracias a los prácticos microchips que le implanta a los toros y a la determinación del cortisol en saliva de los toreros, afirma que el animal no humano criado para la lidia ha modificado su umbral de dolor hasta tal punto que deja de sentir y por eso regresa para le vuelvan a ensartar el acero. Yo también puse cara de pasmado cuando leí tales declaraciones por primera vez, pero no imaginan la de babieca que se me quedó al saber que, según nos explica con aire magistral: "están hallando resultados igualmente excepcionales en la capacidad del matador". Luego uno contempla el rostro de profundo sufrimiento del torero cuando
es empitonado y se pregunta que dónde está esa particular respuesta neuroendocrina causada por el estrés de la faena, dándose cuenta al fin de que el dinero puede, presuntamente, comprar la deontología, pero nunca la verdad.


No soy yo quien para rebatir sus asombrosas tesis. El también veterinario y Presidente de AVAT José Enrique Zaldivar lo ha hecho de un modo incontestable, desmontando la degenerada y me temo que interesada interpretación que este virtuoso del microchip ha realizado de sus investigaciones. Quien esté interesado en conocer los detalles puede acudir a los estudios que Zaldívar ha divulgado al respecto. Por cierto, que el Profesor Illera, con ser tan "revolucionarias" las conclusiones de su trabajo no las publica, algo que sorprende. ¿El motivo? Rojo y en la arena sangre del toro. Hay fluidos que como ciertas razones no admiten maquillaje por más que haya detrás todo un equipo volcado en aplicarles afeites.


Continuemos con algunas dudas surgidas de toda esta parafernalia que atufa a teatrillo organizado por el lobby taurino en un momento en el que su actividad se tambalea por escasez de afición comprobada, exceso y ejemplo indiscutible de violencia y derroche de subvenciones para mantenerla. ¿De dónde salen los fondos que financian un estudio tan del interés de unos pocos pertenecientes a un sector concreto y llevados a cabo en una Universidad Pública? Confiemos en que no provengan de los presupuestos y menos en un periodo de recortes drásticos. Otra: según afirmó este hombre en el Parlamento de Catalunya durante el debate de la ILP abolicionista, su estudio del tálamo había pasado la primera criba del comité científico de una conocida revista de endocrinología, ¿seguro Profesor? ¿de verdad que así fue?


No hace el Señor Illera más que conceder entrevistas, impartir charlas y recibir premios siempre por supuesto de la mano del entorno taurino, que le pasean como un mesías vestido de luces por España y el extranjero para que repita aquí y allá:"que no, que no os enteráis, que los toros reducen el dolor de la lídia porque liberan betaendofinas que anestesian el lugar donde esa sensación se produce". Como el hedorcillo es inevitable se apresura a afirmar que él no es aficionado a las corridas de toros y que se aburre soberanamente en ellas, tal vez queriendo dotar de ese modo a sus consideraciónes de un halo de objetividad. Para ilustrar lo curioso su primera "coartada" moral dejo aquí una frase que pronunció durante un pregón en Ciudad Rodrigo, donde por cierto lo presentaron como: "Gran aficionado a los toros". Esto dijo quien asegura no gustarle la lidia: "Intentan demostrar al mundo poseídos y presos de un animalismo delirante, que nuestra Fiesta sólo está llena de crueldad y de tortura, acusándonos a los que amamos al toro y a este espectáculo único, de inquisidores". Los taurófilos adolecen de serios problemas con el verbo amar, pues unas veces juran que ese es el sentimiento que les une al mismo toro al que martirizan y matan. Otras, como ahora, aman un espectáculo que no les seduce. ¿Entienden algo? A mí se me antoja un arcano.


En cuanto al tedio que al Profesor le invade en el ruedo la respuesta viene en forma de fotografía, la que acompaña a este texto y en la que se le ve durante una corrida celebrada en la Plaza de Toros de Lima (Perú). Ya, ya se le nota en ella el intenso sopor y disgusto que le atenazan. ¿Será que su sistema nervioso le bloquea el fastidio sustituyéndolo por placer? Habrá que insertarle un microchip para averiguarlo. 

3 comentarios:

Daniel dijo...

Estos "analfamemos" taurinos siente por este sujeto la misma adoración que los tarados del diseño inteligente por el Prof. Michael Behe. En el fondo es la misma cosa. Intentar revestir de un falso halo científico una serie de ideas y conceptos a cual más idiota e irracional.

RespuestasVeganas.Org dijo...

Si para alguien "amar" es "asesinar" (amar=asesinar) entonces no tiene sentido seguir debatiendo con semejante engendro.

Dejo aquí un link a una entrada que tengo sobre este tema del dolor de los toros:

Argumento: "El toro no sufre"

Saludos.

Josu Sein dijo...

David se me ha adelantado. Iba a poner un link precisamente al mismo vídeo.

"La maté porque la amaba", y tal...