Artículo escrito en colaboración con Rafael Ávila Bayón
El luctuoso mundo de la tauromaquia, tembloroso ante la próxima votación de la ILP en Cataluña cual visón arrancado de su jaula para ser desollado en nombre de la moda, está disparando el número de entradas en Google en su desesperada búsqueda de personajes dispuestos a apoyar la continuidad de la lidia, actividad sangrienta, cruel y agónica, que por afición a la violencia burdamente enmascarada como erudición, o al dinero público y abundante, sigue contando sin embargo con algunos partidarios.
Entre estos baluartes mediáticos de la brutalidad se encuentra el filósofo francés Francis Wolff, devenido en sofista según el sentido aplicado al término por Aristóteles y Platón, lo que demuestra que la Universidad, puede tanto albergar a formadores obsesionados con la perpetuación de la tortura a los animales, como a enseñantes de la talla de Mercedes Cano Herrera, Profesora de Antropología de la Universidad de Valladolid y tan admirable como valiente luchadora por la defensa de los derechos fundamentales de todos los seres, sean éstos inmigrantes, pobladores indígenas, toros o galgos. Sí, caballeros, no nos intimidan las cátedras de sus figurantes, nosotros también contamos con educadores que además de su disciplina, saben transmitir respeto y protección hacia la vida de terceros.
Afirma el Señor Wolff que ve en el torero a
“un héroe contemporaneo”. Nos preguntamos en primer lugar, si la heroicidad no exige que el coraje demostrado en la intervención lo sea como consecuencia de un hecho inesperado y sobrevenido, y por otra parte, si podemos calificar de hazaña o virtud, martirizar y asesinar a inocentes. Se nos ocurren varios ejemplos de psicópatas aclamados por su “arrojo”.
Francis Wolff, explica que
“el toro es cierto que no quiere luchar, pero no porque sea contrario a su naturaleza combatir, sino que es contrario a ella querer”. Tal vez, pretende hacernos creer que este animal no desea, no “quiere” vivir; seguramente, intenta reducirlo a un objeto sin actividad cerebral para que de ese modo, su tormento se nos antoje igual de dañino que atravesar el agua con acero o seccionar una cuerda con un cuchillo. Este hombre, no sabemos si por ignorancia oportunista o auténtica, no duda en prostituir la ciencia. Millán Astray inclinaría su cabeza ante quien muestra tan coincidente criterio.
Sigan indagando en pos de nombres en el buscador Señores de la Tauromaquia, pero jamás encontrarán a una sola persona, que logre el prodigio de convertir el crimen cometido con un ser plenamente consciente de su padecimiento físico y psíquico, en un simple pasatiempo cultural donde nadie sufre y todos gozan. Incluído el toro, ese monigote carente de deseos y “quemado en efigie” según Francis Wolff. Podrán silenciar los mugidos de dolor del animal, pero nunca conseguirán amordazar nuestras voces.
4 comentarios:
Todo ser con sistema nervioso lucha por su vida, "quiere" su vida. No hay ni científico ni filósofo de pacotilla que pueda negarlo. Mejor nos iría a todos si hiciera más caso a Pitágoras:
Nunca mojes tu pan en la sangre de los animales ni en las lágrimas de tus semejantes
Todo lo que el hombre hace a los animales, regresa de nuevo a él. Quien corta con un cuchillo la gargante de un buey y permanece sordo ante los bramidos de temor, quien es capaz de matar impávido a un atemorizado cabrito y se come el pájaro, al que él mismo ha alimentado, ¿cuán lejos está del crímen un hombre así?
La palabra filosofía es muy generosa y abarca cualquier interpretación. Los antiguos filósofos proclamaban el entendimiento de la vida; conocer el porqué de las cosas para luego entregarlo como sabiduría.
Ahora. Francis Wolf, un hombre adobado en la misma escuela, viene a “demostrarnos” el bien que representa poseer la “fiesta” de los toros. Conozco algunos escritos suyos, y siempre trata de empujar el brillo personal, obviando que en la humildad reside la grandeza.
Su postura de apoyo al toreo es alocada, se contradice, habla de la bravura del animal y después reconoce que no quiere combatir. Leerlo es enfrentarse al dislate. Su enseñanza en este terreno es inocua, intranscendente, prescindible.
Pero claro, ante la inminente llegada de la votación del ILP, los taurinos buscan asideros “de relevancia”, y este personaje representa “un valor” para la causa. Como siempre lo han sido García Lorca, Alberti, Picasso y otros. Una lista repetida hasta el cansancio a fin de afirmar lo insostenible. Sin embargo, los antitaurinos no hemos elaborado ninguna lista, que podría ser inteminable, desde Da Vinci a Saramago pasando por Einstein, Neruda, o Ghandi. Por citar unos pocos nombres. No olvidemos que el “mundo del toro” se compone de menos del 1% de la humanidad.
A mí particularmente no me asusta el concurso de Wolf. No le veo solvencia creíble. Sus textos no aguantan ningún análisis. No obstante, me reconforta pensar que otro filósofo de gran prestigio, como Arthur Schopenhauer, dijo: “El hombre ha hecho de la Tierra un infierno para los animales”.
Un abrazo.
Ricardo – Linde5
Me parece muy interesante el articulo y la labor, por que ya se ve en el mundo el rechazo al maltrato animal.
Puedo aportales otro poco de informacion, acerca de este tema.
no-al-maltrato--animal.blogspot.com
Me parece muy interesante el articulo y la labor, por que ya se ve en el mundo el rechazo al maltrato animal.
Puedo aportales otro poco de informacion, acerca de este tema.
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