Pues eso es exactamente lo que le han hecho a un gato a comienzos de este mes en un Pueblo de Guadalajara y en su caso no era una ficción. Se lo encontraron con vida y completamente desollado de la mitad de su cuerpo hacia atrás, con las uñas ensangrentadas y en un estado de padecimiento físico que no es necesario describir para hacerse una idea. El animal tuvo que ser sacrificado para poner fin a su terrible sufrimiento. Tenemos por lo tanto que un gato ha pasado por una tortura indescriptible, por un dolor inimaginable y que al final ha muerto, ¿y todo por qué?, pues para que alguien se divirtiese un rato a su costa contemplando la indefensión y la angustia del animal.
¿Encontrarán a los responsables?, no, no lo harán. Si me equivocase y diesen con ellos, ¿serán condenados a alguna pena acorde con su crimen?, no, nunca ocurre tal cosa. Un juicio rápido, una multa irrisoria y esa misma noche a cenar en su casa con la familia, mientras cortan el pan con las mismas manos con las que martirizaron sádicamente a un gato unos días antes.
La consecuencia inevitable es que el acto se repita, porque esa perversión no es un impulso que llega un día y desaparece al siguiente, sino una degeneración de la conducta presente de forma permanente en ciertas personas; la actitud negligente que supone pasar tales hechos por alto es la que propicia la reincidencia más que probable del despiadado sujeto: ayer con un gato, mañana con un perro y pasado tal vez con un ser humano. Sobran los ejemplos que confirman esta progresión en la elección de las víctimas.
Estoy tan harto de la crueldad de algunos hombres como de la hipocresía y de falta de sensibilidad de nuestros gobernantes; la de los primeros me repugna, la de los segundos además me asusta por la responsabilidad de su cargo. El Partido en el poder prometió durante la campaña electoral una Ley de Protección Animal y mintió, escudando después su embuste en la supuesta competencia de las Comunidades Autónomas para esta materia. Pues muy bien, si no es una atribución estatal y sí autonómica me da lo mismo, que el procedimiento para cambiar o ampliar la Ley sigue siendo un instrumento a su alcance y cuando les conviene bien que lo utilizan.
Pero no, es mucho mejor seguir amparándose en cuestiones formales y que nada cambie, que se continúe pagando con unos pocos euros de sanción el sufrimiento causado a los animales para entretenimiento tortuoso de otros que se dicen racionales. Eso cuando no es el propio Estado el mecenas de la crueldad.
Ya vale Señores políticos de tanta abulia y de evasivas en este asunto. Una de dos, o a Uds. el maltrato a los animales les trae sin cuidado o temen que los cambios en la Ley puedan tener un alcance que no les conviene, como por ejemplo que Blanco, Aguirre o Borbón se encuentren sin saber qué hacer una tarde a partir de las cinco.
Su indiferencia es vergonzosa y su actitud una muestra de desprecio no ya a los animales, que también, sino a los ciudadanos corrientes, la mayoría, esos que no se lo pasan bien violando a una mastina, ahorcando un galgo, llenando de perdigonazos a un gato común o rompiéndole con el acero los pulmones a un toro. ¿Faltas leves, arte?, ¿qué aberrante vara de medir utilizan para clasificar determinadas acciones del hombre?.
1 comentario:
ahi porfavor que le pasa a la gente pobre gato pobre animales que piensan las personas que se creen esos hijos uhisssss me da demasiada rabia sin decirte mentiras estoy llorando sii llorando por esos animales por todos los que ahoran sufren todo por diversion por placer q degenereee es como si ese gato fuera un primo o un amigo no me imagino su dolor no hasta q alcanze pudo sufrir ;( tu blog muestra la cruel realidad la gente dice ser racional y creerse mucho por tener el titulo de humano pero eso es ser humano???? prefiero catalogarme como un animal me da asco q cierto "seres humanos" lleguen a eso puff les escupo en la cara por eso apoyo todo esto y voy a luchar porq se respeten a los animales ellos sienten igual que cualquier ser vivo por eso soy vegetariana porq respeto la vida de cualquier ser vivo
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