Es la historia de siempre, es el argumento manido y repetido hasta la saciedad por aquellos están a favor de la utilización indiscriminada de los animales tanto con fines empresariales como lúdicos o los que, sin ser partidarios de actividades que impliquen su sufrimiento de forma gratuita e inútil, simplemente no dedican ni un minuto de su tiempo a reflexionar sobre el asunto y mucho menos, a colaborar contra el maltrato animal.
Este argumento que consiste en exponer “la prioridad de los innegables y gravísimos problemas que padecen los seres humanos”, lo retuercen hasta el punto de considerarlo no sólo preferente, sinó – y ahí surge el problema - excluyente con respecto a aquellos que no afectan directamente a personas.
Estoy de acuerdo en el que el bienestar de la raza humana es un aspecto principal, y entiéndase como tal que tenga sobradamente cubiertos sus requerimientos en materias como educación, sanidad, vivienda, trabajo, así como que pueda ejerce su libertad respetuosa sin cortapisas, y que garanticen dicho bienestar una gestión adecuada de los recursos, un reparto justo y equitativo, una política de igualdad, la no existencia de cualquier tipo de opresión, esclavitud, diferenciación social, racial, económica o por cualesquiera que sean los motivos, así como la instauración inamovible de valores como la tolerancia, la solidaridad y la no discriminación. Una vez aclarado lo fundamental de asegurar esos aspectos para el hombre, la pregunta es la siguiente: ¿es incompatible dicha defensa de los derechos humanos con la de los animales?, ¿negamos la posibilidad de disfrutar de bienestar también a los seres no racionales?. Si así fuera, estaríamos entonces traicionando los valores que he descrito como necesarios para las personas: conductas solidarias, justicia o la no servidumbre por parte de nadie.
Estoy convencido de que los que compartan la idea de sociedad aquí expuesta, tampoco esgrimirán el argumento inicial según el cual los problemas del hombre han de ser el único objetivo de lucha social, y no lo harán porque los que creen en un principio de justicia universal aplican dicha actitud a todos los seres, incluyendo aquellos que por no gozar de racionalidad como nosotros, merecen una atención especial por su condición de criaturas que no pueden expresarse ni mucho menos participar en modo alguno en decisiones que afectan a su vida o a su muerte, pero que sin embargo sienten y padecen.
Cada uno podrá imponerse el límite en el que detener su defensa por los derechos de los animales pero esta limitación, jamás puede situarse antes de donde acaba el sufrimiento por cuestiones prescindibles e innecesarias, como lo son la peletería, la caza deportiva, la vivisección o experimentación animal, - práctica que se ha demostrado no sólo inútil, sinó muchas veces contraproducente y para la que existen alternativas -, o los festejos y tradiciones con animales, cuyo máximo exponente son las corridas de toros, los zoológicos que implican capturas sangrientas, tráfico de especies y muchas veces condiciones de vida penosas, o los circos con animales, - verdaderos centros de maltrato y esclavitud -, la exterminación en perreras, etc.
E incluso, allí donde pueden ser mayores las reticencias, como es el aspecto de la alimentación, hay que puntualizar. No voy a pedir aquí una dieta vegana para aquellos que no estén realmente convencidos, por más que crea que es el objetivo último a lograr, pero sí pienso que es exigible de forma contundente, que los animales destinados al consumo humano deben de tener una condiciones dignas de vida, sin estabulaciones claustrofóbicas, sin alimentación forzada, sin ciclos circadianos alterados, sin que sean objeto de manipulaciones manuales o mecánicas agresivas, con un transporte adecuado y no lesivo y por supuesto, con sistemas de sacrificio rápidos e indoloros, que tecnología existe de forma sobrada para que así sea aunque haya que recortar un pequeño margen de los beneficios por tener que invertir en humanidad y compasión.
Volveré a oír una y mil veces que primero está el hombre, es cierto, pero entonces no olvidemos que si hemos de atender de forma prioritaria a las necesidades humanas, entre ellas también está la de formar y desarrollar a la persona en una sociedad sin culto a la violencia, en la que estén erradicadas prácticas cruentas, salvajes y dolorosas, y que el hombre también ha de alimentar su condición moral y vestir su egoísmo con actitudes solidarias y respetuosas, sinó queremos convertirnos en simples bestias racionales que destruyen y causan dolor a su antojo, porque eso sólo puede desembocar, - como ya lo está haciendo -, en que algunos seres humanos crean en su supremacía sobre otros, sea por motivos económicos, sociales, religiosos, raciales o simplemente, porque la violencia es lamentablemente un valor al alza.
Si hoy, defender a las personas supone no poder hacerlo con los animales, mañana tal vez, tocará elegir a qué tipos de hombres protegemos y a cuáles no, y me temo que ya conocemos el resultado de esa selección, fuera se quedarán los pobres, las minorías, los oprimidos, los que todavía reciben las migajas asistenciales de nuestro Sistema, al igual que hoy permanecen fuera los que no tienen voz ni voto, los animales, aunque tengan vida y derecho a conservarla.
No quiero corredores de la muerte en las prisiones ni mataderos, no quiero pateras ni transporte de ganado hacinado, no quiero guerras ni cacerías, no quiero desasistencia sanitaria para personas ni experimentación animal, no quiero fanatismos religiosos ni festejos crueles con animales, no quiero explotación laboral ni zoológicos o circos con animales, no quiero campos de refugiados ni perreras donde se exterminan perros y gatos… no quiero, no puedo y no debo escoger entre bienestar para hombres y animales, so pena de caer en posturas filonazis aunque en este caso se trate de animales no humanos. Ambas luchas son necesarias y compatibles.
1 comentario:
Hola Amigo Julio!!
Te felicito por tu blog en general. Es impresionante, de verdad, menudo trabajo. Te juro que quedé impresionado ahora mismo, que tengo un poquito más de tiempo para echarle un vistazo mayor a tu blog. De verdad, se nota que te apasiona este tema del maltrato animal. Así como también veo que te preocupes por la política, por el ser humano, por las guerras, y por estos temas.
Para que luego digan que los que amamos la Naturaleza, "pasamos" del hombre, y de los problemas de la humanidad.
Me sorprenden mucho las fotos que acompañan cada uno de tus artículos. Son increiblemente crudas, pero tristemente, como bien dices en tu introducción, sólo reflejan una jodida realidad.
Y esa realidad, es la que todos debemos denunciar, a través de, por ejemplo, este maravilloso blog, que es el tuyo. Me ha costado de verdad ver muchas imágenes, por mucho que las vea una y otra vez... Es increible a lo que llega el ser humano!
Te escribo en este artículo, porque yo también lo he incluido en mi blog. Que curioso jeje, es el segundo articulo que tenemos repetido jeje. Pero está muy bien este texto, me pareció muy interesante, y lleva mucha razón.
Como verías en mi blog (te agradezco que escribieras el comentario en lo del "Matagatos"), he escrito ya, en forma de artículo, el enlace que me mandaste, en el que salen los "Derechos del no Cazador". Está muy bien.
Te felicito por todo! Haces un muy buen trabajo! Por cierto, alomejor estas elecciones voto, y si lo hago, será por el PACMA jeje. Aunque como sabes, no me va mucho, esto de la politica, pero bueno...
Por ultimo decirte, que tal vez escriba un artículo completo dedicado a este blog, e invitando a la gente a que lo visite. Aunque ya lo hice en "pequeña escala", en el artículo de los derechos del no cazador.
Bueno, un saludo Julio! Permaneceré atento a este blog, y lo seguiré. Con calme eso si, que tiene mucho, y muy interesante que leer! Hay mucho que aprender de él!
Un Abrazo!
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