La mentira y brutalidad de los cazadores en imágenes

Cacería en Collados (Teruel)
Un bonito día de caza.
Enviado por Zorroplateado el 28/01/2006

















Futuro ecologista
Futura generación al cuidado del campo y de la caza (el mejor ecologista).
Enviado por rafael de paterna el 17/11/2006

















Venaete en Alia
Me quito 5 balas el mu jo puta.
Enviado por jurrako el 24/02/2008
















YETI
EL YETI, CRUZADO DE BOXER Y PODENCO HERIDO EN EL AGARRE DE UN BUEN NAVAJERO QUE REMATE A CUCHILLO.
Enviado por FELIX el 07/11/2006















UN DURO AGARRE
UN BUEN NAVAJERO QUE DEJÓ HERIDOS VARIOS PERROS DESPUES DE UN DURO AGARRE.
Enviado por FELIX el 07/11/2006

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Las fotografías que aquí se muestran, extraídas de un foro de cazadores y que aparecen con los comentarios al pié hechos por los autores de las mismas, son sólo un pequeño ejemplo de cómo la mentira y el desprecio a la vida de otros seres, es la conducta y mentalidad habituales entre los que practican el "deporte" de la caza.

En las primeras podemos observar cómo no tienen el menor reparo en iniciar a los niños en este submundo de crueldad y destrucción; ponen armas en sus manos, los cadáveres de los animales asesinados se convierten en algo habitual para estas criaturas, que crecen en un ambiente en el que la muerte no es más que un entretenimiento, las armas un pasatiempo y el respeto a la vida, un concepto que no tiene valor alguno. Hoy no son más que niños, moldeables y que asimilan aquello que ven en sus mayores como el modelo a seguir y sin duda adquirirán en la mayor parte de los casos las pautas que les han sido inculcadas y mañana, probablemente, harán ellos lo mismo con sus hijos.

En la siguiente fotografía, por encima de lo horrible la visión de ese venado muerto, lo más espantoso es el comentario que el autor de tal carnicería hace. Son estos los que dicen amar a los animales, los que dicen respetarlos, los que se llaman los primeros ecologistas, son los que se van a manifestar en Madrid el día 1 de Marzo bajo el lema “Por el campo, la caza y la conservación”. No tienen el menor reparo en hacer sufrir terribles tormentos a los animales, no hay más que leer comentarios a las fotografías que envían o hechos en sus foros, para comprobar en cuántos casos necesitan de varias balas para abatir una de sus piezas, cómo relatan que el animal herido corría de un lado para otro, como le tenían que disparar varios cazadores y al fin, cuando ya no puede más y cae al suelo agonizando, tienen que rematarlos con cuchillos. Los autores de tales masacres, como en el caso de esta foto, todavía llaman “joputa” al pobre venado que recibió cinco balas antes de morir, para luego vender a la sociedad que en su conducta ni hay crueldad ni son exterminadores, sinó que se quieren presentar como conservacionistas y aseguran querer a los animales más que los que luchamos contra el maltrato animal. Si no fuese por lo espantoso de la realidad, todavía causaría risa su hipocresía y mezquindad.

Por último tenemos las fotografías de los perros heridos. Resulta imposible contar las ocasiones en las que a través de diferentes medios, los cazadores aseguran que sus perros no sufren maltrato alguno, que están perfectamente cuidados, incluso he llegado a leer que si le pudiesen preguntar a los perros, todos preferirían vivir con ellos antes que con un ecologista. Sin embargo, en esas fotos yo veo perros heridos, que sienten dolor, perros que no son responsables de sus actos pero que están al servicio de hombres que se sienten orgullosos de ver como sus canes si hace falta, mueren matando; no hay más que ver la sonrisa del cazador, feliz ante la pieza que ha cobrado, feliz ante su trofeo inútil y sangriento, aunque sus perros estén padeciendo dolor simplemente porque la diversión de su amo, está por encima de la integridad y de la vida de otros seres.

Podría haber incluido muchas fotografías más, comentarios salvajes, como aquel que muestra orgulloso la imagen de un jabalí muerto y cuenta que antes de caer a fuerza de disparos y rematándolo con un cuchillo dejó heridos a 18 perros, o aquel otro que explica como el venado que aparece muerto junto a dos “héroes” armados, fue alcanzado primero por los disparos de uno, herido trató de huir y un segundo le alcanzo con su escopeta en una pezuña, el pobre animal acribillado todavía intentó escapar, yendo a parar cerca de un tercero que al fin remató la “faena” de sus compañeros.

En fin, historias de dolor, de muerte, relatos que mezclan cadáveres, niños, armas y por encima de todo, las sonrisas orgullosas de los cazadores, los que llaman “fumahierbas” y “ecotarras” a los ecologistas, los que dicen que sin ellos no existiría ni el campo ni muchas especies, los que tanto aman a los animales pero la realidad, es que en sus fotografías, la muerte siempre es la protagonista.