MALTRATO ANIMAL: UN CRIMEN LEGAL



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Quien asume la tortura y el asesinato de otros seres como algo ajeno, es tan responsable como el torturador y el asesino.

"Los hombres son nazis para los animales y su vida es un eterno Treblinka". (Isaac Bashevis Singer- Premio Nóbel).

Después de que todo se haya dicho y hecho, quedará mucho más por hacer que por decir. (Jane Goodall)

Ante la injusticia la cobardía se viste de silencio. (Julio Ortega)



lunes, 16 de junio de 2008

Taurinos agreden a cuatro jóvenes activistas

El pasado domingo 15 de Junio y con ocasión de una nueva matanza legal de toros en La Monumental de Barcelona dos grupos de activistas de la Asociación Igualdad Animal aprovecharon para manifestar de forma pública su rechazo a esta forma de maltrato autorizada. Uno de ellos se descolgó por la fachada de la Plaza con una pancarta pidiendo la Abolición, el otro saltó a la arena con la misma reivindicación justo en el momento en el que el segundo toro de la tarde estaba agonizando.

Pero unos cuantos espectadores no se conformaron con el sufrimiento del animal que ajeno a cuánto acontecía a su alrededor moría lentamente a consecuencia de sus múltiples y espantosas heridas, su ración de sangre parecía ser insuficiente por lo que al ver a estos jóvenes en la arena con sus carteles pidiendo la Supresión, no pudieron contener el mismo instinto agresivo que les lleva a disfrutar de las corridas y les atacaron sin miramientos; utilizaron la violencia con quien expresaba su rechazo de forma pacífica, emplearon golpes contra su resistencia pasiva y una vez más, mostraron cuál es su verdadera naturaleza, su carácter pendenciero y su nula capacidad para admitir opiniones contrarias a las suyas. El toro y aquel al que le horroriza ver como su tortura constituye un espectáculo tienen que soportar el dolor físico y moral cuando la pica, las banderillas y el estoque se hunden en la carne del animal, pero según parece, una simple palabra: “Abolición”, es para los taurinos mucho más ofensiva que las armas con las que perpetran su repugnante tradición y su respuesta ante el sentir de muchos ciudadanos es golpear a los que le trasladan esa demanda con sus puños y hasta con palos, como ha ocurrido en Barcelona.

Lamentablemente en la Historia no ha habido cambio en costumbres bárbaras pero arraigadas que no haya costado enfrentamientos o incluso vidas. Es habitual que los que quieren que nada cambie no duden en utilizar la violencia para desbaratar los propósitos de aquellos que luchan contra los engendros que en nuestra Sociedad todavía se permiten, pero es muy significativo que estas acciones contra la tauromaquia por más que puedan resultar espectaculares siempre son de carácter pacífico y sin embargo, la respuesta de los taurófilos es cada vez más agresiva y haciendo traslación de su deleite ante el dolor de una animal, no tienen el menor reparo que causárselo también a un ser humano. No en vano está demostrado que quien disfruta haciendo daño a los animales es más que propenso a hacer lo propio con el hombre.

Hace un mes miembros de Equanimal también saltaron a la arena en Madrid y un activista de este mismo Grupo, Igualdad Animal, que ha participado en la acción de La Monumental, sufrió un intento de asesinato cuando un aficionado intentó soltar la cuerda desde la que suspendía colgado de la fachada de La Plaza de Las Ventas; ahora ha sido víctima junto con sus compañeros de una agresión injustificable. Pero ni él ni los demás van a renunciar, ni se sintió arredrado cuando un energúmeno pretendía que se estrellase contra la acera ni lo ha hecho ahora por más que una pandilla de sádicos haya descargado su ira contra ellos. Si ante la postura fascista de los que no respetan el derecho a la vida se hubiese actuado con servilismo y cobardía seguiríamos en la Edad Media. Y porque lo que los taurinos pretenden mantener no puede ser un derecho no es en este caso una vulneración de los suyos pedir la abolición de las corridas, no olvidemos que su “libre ejercicio” de una actividad como el toreo conculca el más fundamental de los derechos de alguien, el de la vida. Al igual que la esclavitud no era – o no podía ser – en modo alguno un derecho del amo sinó que constituía una perversión legal, no es el sufrimiento del toro ni su vida algo que pueda ser manejado al antojo de unos cuantos individuos crueles sin el menor respeto por seres más débiles y desprotegidos. Y tampoco fue fácil el camino para poner fin a la esclavitud, costó mucho tiempo, mucho padecimiento, supuso una lucha encarnizada y la resistencia por parte de los que pretendían su pervivencia fue tenaz e iracunda, pero al final se logró, como poco a poco se va consiguiendo que la maldad y el abuso dejen de ser prácticas legales y protegidas, aunque es aterrador comprobar la lentitud con la que se avanza en ese sentido.

La mayoría de la gente, que expresa su repulsa ante
las corridas de toros, que no concibe el sufrimiento como un tipo de diversión, que rechaza que como está
ocurriendo se detraiga de forma obligatoria una parte de la declaración de la renta a todos los ciudadanos para subvencionar la tauromaquia y sobre todo, que apoya y comprende las reivindicaciones pacíficas de aquellos que sin obtener nada a cambio están comprometidos en que se ponga fin al maltrato a los animales y por supuesto, no consiente que sean agredidos por defender los derechos de otros, toda esa gente, es contra la que cada vez más se las tendrán que ver los que el domingo saltaron a la arena con palos y los descargaron sobre las cabezas de estos activistas, ¿qué harán entonces?, ¿también utilizarán la violencia para seguir divirtiéndose y lucrándose con la tortura de animales o acatarán la voluntad de esa mayoría?. Mucho me temo que quien no respeta la vida de otros mucho menos lo haga con opiniones ajenas pero lo que es cierto, es que es el momento de unir fuerzas para que no vuelva a haber un segundo toro de la tarde vomitando sangre y agonizando mientras le abren la cabeza a golpes a quien trata de defenderlo. El silencio y el consentimiento nos convierten en cómplices de tales injusticias y no es honesto que otros reciban la ira de unos cuantos salvajes mientras permanecemos como meros espectadores; su lucha tiene que ser la de todos los que pretendemos un Mundo más libre e igualitario para nuestros hijos y por lo tanto, cuántos más seamos plantando cara de forma activa a los que defienden y practican cualquier tipo de tortura, antes lograremos detenerlos.

Hoy cuatro jóvenes se duelen de sus heridas y de sus golpes pero por encima de todo, les atormenta el hecho de saber que miles de toros seguirán padeciendo la tortura y la muerte a manos de unos cuantos hombres. Ellos volverán a hacerlo, porque les sobra la razón y no hay miedo que pueda justificar la mansedumbre. ¿Les dejaremos nuevamente solos cuando vuelvan a gritar “Abolición” o esta vez “los de los palos” se encontrarán con tantos enfrente que ya no tendrán la “hombría” que demostraron con cuatro chicos desarmados y pacíficos?.

Ver las fotos en: http://www.flickr.com/photos/igualdadanimal/sets/72157605647529386/

Más información en: www.igualdadanimal.org


www.antitauromaquia.org

www.latortura.org

www.actyma.org


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